Isabel Perelló Doménech, magistrada de Sabadell, es la primera mujer que presidirá el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. La jueza se curtió en Menorca cuando tenía 27 años y fue titular en los juzgados de Maó entre 1986 y 1988. Entre los casos sonados que instruyó, destaca el asesinato de Veronique Bousbib, una joven de 19 años que fue violada y cuyo caso sacudió la isla. La instrucción de Perelló fue seria y rigurosa y permitió que el autor fuera condenado a 40 años de prisión tras ser juzgado en la Audiencia de Palma. De aquellos años en Menorca, los que la conocieron destacan su trato humano y su profesionalidad. Tanto el PSOE como el PP han celebrado la elección «sin presiones ni injerencias». El portavoz socialista Patxi López aseguró que él no va «a demonizar la politización porque no hay nada en el mundo que no sea política». Sea como fuere, el perfil de Isabel Perelló parece todo un acierto y se ha convertido en la cabeza de la institución tras conseguir 16 votos de los 20 vocales del Pleno del CGPJ. Los otros cuatro votos fueron para la también magistrada Ana María Ferrer.
Decisión ‘in extremis’.
La elección de la nueva presidenta se ha producido ‘in extremis’, ya que apenas quedaban 48 horas para la apertura del Año Judicial, que preside el rey Felipe VI, y que pone fin a un periodo de negociaciones entre los miembros del Pleno para decidir la cabeza del organismo.
Hito histórico.
En cualquier caso, es un hito histórico para el sistema judicial español que por primera vez una mujer presida el Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial. Su perfil progresista y su firme compromiso con el feminismo la han convertido, hasta la fecha, en una magistrada valiente e innovadora en el panorama jurídico. Y, sobre todo, muy discreta y celosa de su vida privada. Es algo a valorar positivamente tras tantos casos de ‘jueces estrella’.