La presencia del presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ante la Junta Directiva Regional de su partido reunida en Palma, permitió escenificar con nitidez el apoyo a la estrategia de Marga Prohens para lograr la investidura a la Presidència balear sin ataduras con Vox; formación cuya abstención convertiría a la candidata conservadora en la nueva presidenta de la Comunitat. Feijóo dejó claro que Prohens llegaría al cargo «libre», es decir, sin las ataduras de un pacto con la derecha radical; una fórmula que quiere tratar del explotar el PP como mínimo hasta antes de las elecciones generales del 23-J.
El tiempo en contra.
Las negociaciones entre el PP y Vox se están convirtiendo en un juego táctico en el que el tiempo tiene un papel casi determinante, el calendario institucional cumple plazos y es preciso alcanzar acuerdos previos. Este sábado, por ejemplo, se constituyen las corporaciones municipales y aplazar la constitución del Parlament también está limitada. En este contexto, queda claro que Prohens y todo su equipo no está dispuesta a ceder ni un ápice en la premisa mayor de gobernar en solitario; tesis que ayer contó con el aval del propio presidente nacional del PP. El mensaje a Vox en Balears está claro y admite pocos matices.
El 23-J, el siguiente objetivo.
La presencia de Feijóo en Palma no sólo se centró en exhibir su apoyo a la dirección del PP balear, también tuvo una clave estatal. Lograr la investidura sin la participación de Vox en el Consell de Govern es uno de los argumentos más valiosos para rebatir a la izquierda, en especial al PSOE de Pedro Sánchez, en la ya inminente campaña de las elecciones generales; Balears debe ser esa excepción –junto con Murcia– que confirme la regla. Y es que se avecinan unas semanas en las que el debate político sólo tendrá una objetivo: el 23-J. Y Balears es una pieza esencial del juego.