La feria turística más importante de España, Fitur, ha sido el marco elegido por el Govern para anunciar la aportación de 60 millones de euros procedentes de los fondos europeos para la reconversión del sector en las Islas. Por su parte, la ministra del ramo, Reyes Maroto, daba cuenta de la inversión de 245 millones durante los últimos años en los principales destinos de sol y playa del país, un plan que tiene como principal objetivo su modernización; acción inaplazable para no perder competitividad en los mercados internacionales. La historia de éxito del turismo en Balears sólo tendrá continuidad si se mantiene, y fortalece, la coordinación entre las empresas implicadas y la Administración.
El caso de Balears.
La evolución del turismo en las Islas es un fenómeno que ya cuenta con solventes estudios y análisis que perfilan de manera bastante precisa qué estrategia debe seguirse para mantener su liderazgo, una evolución que pasa por una mejora de la calidad –entendida en términos económicos– y no por un aumento de visitantes. En este terreno hay que reconocer el enorme esfuerzo inversor del sector para mejorar las instalaciones y la oferta del destino en su conjunto, una actitud no siempre correspondida desde las instituciones; al menos con la celeridad necesaria.
Las infraestructuras públicas.
Acelerar la reconversión turística de las Islas debe llevar aparejado el compromiso a que garantice la ejecución de importantes proyectos públicos, vinculados al abastecimiento de agua y su depuración, junto con otros servicios públicos. La mejora de las instalaciones precisan del complemento de un entorno acorde con las exigencias de un turismo con mayor poder adquisitivo, los problemas de seguridad, limpieza, transporte, ... son crónicos durante los meses de mayor demanda. Bien está que la Administración, en Madrid y Palma, tome cartas en el asunto pero siempre desde la coherencia.