El resumen de las intervenciones del servicio de Inspección de Trabajo resulta desolador, tanto por su volumen como por la gravedad de las infracciones detectadas; datos que revelan que todavía hay empresarios que se niegan a cumplir con la normativa laboral. Obviar las medidas de seguridad de los trabajadores o incumplir los acuerdos salariales que amparan los convenios colectivos forman el grueso de las sanciones que han impuesto los inspectores en Baleares, y eso en un año en el que la actividad económica ha rebrotado con fuerza tras la crisis. Da la impresión de que hace falta todavía mucho por hacer en materia de concienciación sobre el respeto a los derechos laborales.
Igualdad de oportunidades
Permitir la existencia de irregularidades en la contratación del personal o en las condiciones en las que desarrollan su trabajo supone negar la igualdad de oportunidades entre los propios empresarios, circunstancia que debería incentivar a las patronales de los diferentes sectores a ser más exigentes con los cumplimientos de la normativa vigente. Falta ahondar en la toma de conciencia con respecto a esta situación, una dinámica que con el tiempo se está logrando en materia fiscal. La labor inspectora es indispensable, pero también es preciso acabar con cierta permisividad social con la que se contempla esta situación; la picaresca en este campo no puede tener cabida.
Accidentalidad laboral
Junto con los casos de abonos infrasalariales detectados, el punto más sangrante de los detectados por la Inspección Laboral es el de las miles de actas levantadas por incumplimiento de las medidas de seguridad e higiene. Los accidentes, con demasiada frecuencia con un final trágico, son en ocasiones la consecuencia de la falta de medios para su prevención. La contundencia en este campo nunca puede ser entendida como excesiva, en materia de seguridad no cabe el concepto ahorro.