Los socios de la mayoría progresista e integrantes del Govern, Més y Unidas Podemos, plantean una subida de la ecotasa durante los meses de temporada alta. La medida se quiere incorporar a los Presupuestos autonómicos de 2023. La propuesta tendría un importante efecto económico a tenor de las previsiones en la cifra de visitantes para el próximo año, aunque esta figura impositiva siempre ha contando con el rechazo –diluido con el paso del tiempo– del sector turístico por considerar que merma la competitividad de Balears como destino. Lo cierto es que las consecuencias catastróficas que se vaticinaron no se han cumplido y las Islas no han perdido atractivo entre los principales países emisores, incluso entre el propio turismo nacional.
Actualizar el tributo.
En la iniciativa que formulan Més y UP hay un aspecto a tener en cuenta: el hecho de que desde 2018 no se han modificado los importes de la ecotasa cuando, por el contrario, sí lo han hecho los precios de la oferta de alojamiento turístico. Parece, por tanto, lógico que se promueva la actualización tributaria siempre que ello no signifique quedar fuera del mercado internacional, aunque debe quedar claro que un turista que no puede hacer frente a la ecotasa poco o nada puede interesar a nuestra industria turística y menos todavía al conjunto de la sociedad. Hay, además, otro elemento a valorar. Este año, la recaudación de la tasa ha sido insuficiente para atender los proyectos a financiar; y esto ha ocurrido en un año excepcional.
Selección temporal.
Gravar los meses de temporada alta puede incorporar a la ecotasa en el paquete de herramientas destinadas a favorecer la desestacionalización turística, un modo de evitar las aglomeraciones de los meses estivales en los que se pone a prueba la capacidad de las infraestructuras y servicios públicos. Los cambios en el mencionado impuesto entran en el tablero político de Balears.