Los italianos es la nacionalidad más numerosa de los trabajadores extranjeros en Baleares, ocupa el 14 % del colectivo, por delante de los marroquíes y a considerable distancia de otros países de dentro y fuera de la Unión Europea. Las razones son variadas, pero cabe señalar como las más sólidas las dificultades de Italia para dejar atrás la crisis y, por otra parte, el dinamismo de la economía en las Islas con una temporada turística que cabe calificar de excepcional. La oferta, en especial de restauración, de establecimientos italianos es más que patente en la calle, y en muchas ocasiones con un marchamo de calidad innegable.
Falta mano de obra
Este año ha sido bastante común la queja de muchos empresarios de la restauración por la falta de trabajadores –en especial camareros y cocineros–, una circunstancia que puede haber servido de reclamo para la llegada de profesionales y emprendedores italianos, buenos conocedores de la realidad de las Islas. De hecho, Ibiza y Formentera han sido durante años la punta de lanza en la llegada de turismo transalpino y por extensión de compatriotas dispuestos a ofrecer su oferta gastronómica de éxito mundial. De manera paulatina la presencia se ha ido extendiendo al resto de las islas y el fenómeno también es perceptible hoy tanto en Mallorca como en Menorca. Los datos de afiliación a la Seguridad Social así lo constatan.
Transversalidad laboral
Baleares, al igual que otros muchos enclaves europeos, se ha convertido en un foco de atracción que ha superado desde hace décadas las barreras del mercado laboral nacional. Con el paso de los años la llegada de trabajadores extranjeros cumple cada vez con más requisitos de formación, especialización y, en ocasiones, dispuestos a correr su propia aventura empresarial lejos de su país. Son los tiempos de una economía necesariamente abierta en la que debe haber oportunidades para todos.