En las próximas semanas finalizarán sus estudios los alumnos –unos sesenta– de la primera promoción de la Facultat de Medicina de la Universitat de les Illes Balears, circunstancia que supone la culminación de un anhelo social reclamado durante décadas en las Islas. Atrás ha quedado, como destaca su decano, Miquel Roca, la polémica con respecto a su creación; la Facultat supone un enorme salto adelante para la mejora de la atención sanitaria en nuestra Comunitat. En este sentido cabe apuntar que la mitad de los nuevos médicos ya reside en Baleares y expresan su voluntad de ejercer aquí en el futuro.
Un ejemplo a seguir.
La determinación por conseguir los estudios de Medicina en la Universitat ha abierto la puerta a la ampliación de la oferta de estudios de grado, estrategia en la que ya se han anunciado nuevas incorporaciones. Los nuevos grados generan un importante impacto social y económico desde la misma UIB, Medicina es un claro ejemplo de ello. La demanda de nuevos profesionales es una evidencia, tanto en la sanidad pública como en la privada, además de dinamizar aspectos tan determinantes como el de la investigación. La implantación hace seis años de la formación de los futuros médicos es un hito que merece ser destacado como un importante triunfo colectivo, el cual puede ampliarse con otras disciplinas.
Completar el ciclo.
Aunque hay que evitar la precipitación y lograr en primer lugar la consolidación del grado de Medicina, resulta imprescindible plantearse nuevas metas que permitan aprovechar las sinergias de los estudios de estas características. Asegurando en primer lugar la excelencia en la formación, la UIB no puede ni debe renunciar a otros grados también vinculados con el mundo sanitario, como podría ser el de Farmacia. Es cuestión de perseverar, no son pocos los logros conseguidos hasta ahora gracias a las líneas de investigación abiertas.