Las inquietantes y confusas informaciones que llegan de las protestas antigubernamentales que han tenido lugar en algunas de las principales ciudades de Cuba, en especial durante el pasado domingo, confirman las dificultades del régimen comunista para gestionar las consecuencias de la pandemia. La petición de ayuda, aunque de manera informal, a las cadenas hoteleras de las Islas para que financien la adquisición del material necesario para inocular la vacuna anti COVID, en especial jeringuillas, es un claro ejemplo. Los fallos logísticos en la campaña de vacunación podrían ser uno de los detonantes de las protestas populares en la isla caribeña y la cadena de reacciones internacionales.
Inversiones hoteleras.
Cuba es uno de los puntales de la expansión extranjera de la industria turística balear. Como dato cabe indicar que sólo cinco cadenas de las Islas explotan un centenar de establecimientos –el 90 por ciento de los cuales están cerrados por la situación sanitaria y la falta de provisiones–, buena prueba de la importancia que tiene su situación, agravada ahora por la inestabilidad que recorre el país y que el Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel no da muestras de tener controlada. Estamos, por tanto, ante una situación crítica del régimen cubano con consecuencias directas sobre empresas hoteleras de las Islas .
El bloqueo continúa.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca desbarató todos los planes de alivio al bloqueo norteamericano sobre Cuba que inició su antecesor, Barack Obama. En aquel momento pareció que se iniciaba una nueva dinámica de acercamiento con dos grandes protagonistas, Obama y Raúl Castro, al rebufo de la cual se propiciaron las grandes inversiones turísticas, con Balears como uno de sus protagonistas más comprometidos, que ahora han quedado hibernadas. Las próximas semanas determinarán qué futuro le espera a Cuba y los cubanos.