La Mesa de Diálogo Social acordó ayer restringir la venta de alcohol en los establecimientos a partir de las 10 de la noche, una medida con la que se pretende reducir la proliferación de botellones y concentraciones durante este verano. Las primeras semanas en la relajación de las normas de prevención de la pandemia han provocado un estallido de nuevos contagios, fruto de los encuentros juveniles en los que no se respetan las normas más elementales de prevención contra el virus. En paralelo, desde el Govern también trata de evitar el llamado turismo de excesos, monopolizado por grupos británicos en zonas muy concretas de Mallorca y Eivissa.
Frenar la pandemia.
Aunque por el momento los mercados alemán y británico no han dado muestras de reflejar el alza en las tasas de contagios en Balears, lo cierto es que el Govern y el resto de agentes sociales comprometidos no quiere bajar la guardia. La reducción en el horario de venta comercial de bebidas alcohólicas trata de entorpecer la manera que, algunos jóvenes, entienden el ocio, un modo extremadamente peligroso, tanto desde el punto de vista sanitario como económico. Las grandes concentraciones son en estos momentos el principal foco de contagio, y es preciso, por tanto, actuar con contundencia y desde todos los frentes posibles que permite nuestro marco legal.
Ocio nocturno aplazado.
Una consecuencia directa de lo que está ocurriendo en estas últimas semanas es el aplazamiento, hasta finales de este mes de julio, de la apertura del ocio nocturno. Las discotecas tardarán todavía unas semanas en abrir sus puertas y, además, con severos controles de acceso para sus clientes en cuanto a requerimientos sanitarios. Balears no puede vivir y repetir una situación similar a la del verano pasado, cuando la temporada quedó interrumpida de una manera brusca por la expansión del virus. Hay que aprender de los errores del pasado.