Llega ese momento mágico del año en el que Mallorca se transforma en una sucesión de plazas engalanadas, calles llenas de farolillos y noches eternas de fiesta. Porque cuando el calor aprieta y las vacaciones se sienten en el aire, también despierta el alma festiva de la isla. Desde mediados de julio hasta finales de agosto, la mayoría de municipios celebran sus fiestas patronales, y no hay fin de semana sin verbena, sin música en directo o sin alguna tradición que arrastra generaciones enteras.
La cuenta atrás empieza pronto: el 19 de julio se convierte en una jornada clave con celebraciones en Santa Maria del Camí, Binissalem (Sa Platja) y Porto Cristo (Festes del Carme). Un sábado que promete ritmo y actividad en tres puntos diferentes de la isla. Ese mismo fin de semana se siente como el verdadero arranque de la temporada de fiestas.
A continuación, el 24 de julio llega con una auténtica maratón: se celebra Sant Jaume en Algaida, Santanyí, Sa Romana en Alcúdia, y también en otros pueblos como Sant Jaume a secas, que mantienen esta fecha como referencia festiva. Al día siguiente, 25 de julio, es el turno de Andratx, que honra a la Mare de Déu del Carme con su característico sabor marinero. Y sin apenas descanso, Calvià celebra su día grande el 26 de julio, con más actividades, conciertos y ambiente popular.
Agosto no afloja. Comienza con la espectacular Festa Blanca de Artà el 1 de agosto, una noche donde el pueblo entero se viste de blanco y se lanza a la calle con ganas de vivir una fiesta moderna y visual. Le sigue La Patrona de Pollença el 2 de agosto, con sus conocidas simulaciones de batallas moriscas y una implicación vecinal que convierte esta festividad en una de las más intensas del verano.
El 9 de agosto, el protagonismo lo toma Sant Llorenç con su festa patronal, antes de que el 10 de agosto, Sencelles saque a la calle su peculiar S'Embatat, una fiesta que mezcla humor, sátira y participación popular. El 11 de agosto, Sineu acoge Much, una celebración cada vez más popular entre los jóvenes por su carácter festivo, irreverente y colorido.
El 15 de agosto, Esporles celebra Sa Vilanova, mientras que el 16 de agosto, se repite un curioso fenómeno: Alaró y Porreres coinciden en la festividad de Sant Roc, lo que convierte esa jornada en otra oportunidad para elegir tu fiesta según el ambiente que más te guste.
Ya en la recta final, el 24 de agosto, se celebra Sant Bartomeu, otra fecha clásica del calendario estival mallorquín. Cuatro días después, el 28 de agosto, Felanitx saca músculo con su tradicional Es Cosso, uno de los actos más esperados por su carácter tradicional, emotivo y festivo. Y para cerrar el verano por todo lo alto, el 31 de agosto, Palma se divide en dos con la gran batalla de agua entre Canamunt i Canavall, una fiesta con trasfondo histórico que se ha convertido en símbolo del desenfreno veraniego en la capital.
Así que ya sabes: si no quieres perderte lo mejor del verano, guarda esta guía, saca calendario y marca con fluorescente tus paradas obligatorias. Mallorca se mueve al ritmo de sus pueblos, y en verano, todos bailan.
EspetY después no saben de dónde vienen los manoseos y otros abusos no consentidos. No es no... Jovenes con las hormonas a tope y alcohol: un cóctel explosivo.