Con la llegada del verano, mantener una dieta equilibrada es más complicado que nunca. Comidas copiosas, cenas fuera y un sin fin de planes improvisados tumban la rutina horaria de cualquier mortal. Los excesos, habituales en estas fechas, ralentizan el sistema digestivo y aumentan el nivel de cansancio durante todo el día. Pero mejorar nuestros hábitos es posible gracias a los consejos de las nutricionistas Marga Rigo y Andrea Bascuñán:
1. Priorizar frutas y verduras de temporada
Alimentos como el melón, la sandía, melocotón y derivados, ciruela, pepino, calabacín, pimiento verde y tomate son ricos en agua y bajo en calorías. Además, tienen un alto contenido en magnesio y potasio. Los minerales también están presentes en estas piezas, y son fundamentales durante los meses de verano dado que el cuerpo los segrega constantemente a través del sudor.

2. Más comidas, menos cantidad
Las expertas no recomiendan comidas copiosas, es decir, abundantes, en verano. Pero esto no quiere decir que nos quedemos con hambre. Lo ideal sería realizar más ingestas a lo largo del día, eso sí, ligeras y fresquitas.
3. Aceite de oliva virgen extra, imprescindible
Aunque las nutricionistas rechazan el término «superalimento», el aceite de oliva virgen extra es uno de los ingredientes que más se acerca a este concepto. En cuanto a su contenido nutricional, aporta un gran porcentaje de grasas monoinsaturadas o «saludables». Por suerte es un alimento muy integrado en la dieta mediterránea que debería consumirse diariamente.
4. Alimentos saciantes
Son aquellos ricos en grasas mono y poliinsaturadas. En este grupo destacan las legumbres, el huevo, el pescado azul, la carne blanca —pollo, pavo, conejo y cerdo—, aguacate, frutos secos y semillas.
5. Desayunos para cuando el calor nos quita el apetito
Los smoothies son una opción saludable y de rápida elaboración. Para realizarlos necesitamos una pieza de fruta —no más de 150 g para no superar el índice de azúcar diario recomendado— bebida vegetal, leche o agua de coco e incluso frutos secos. Así mismo, los batidos vegetales de pepino, aguacate y espinacas, son una de las tendencias de la temporada.
6. Recetas frías y fáciles de digerir
Algunos de los platos estrella del verano son el gazpacho —o «smoothie clásico», según Marga Rigo—, el trampó —ensalada mallorquina de cebolla blanca, pimiento verde y tomate—, el melón con jamón, la ensaladilla rusa —elaborada con mayonesa casera—, sopa de melón y ensaladas de legumbres, pasta fresca, arroz o quinoa.
7. Hidratación
En oposición a las creencias populares, la cerveza fría no es una bebida refrescante a largo plazo. Más bien, lo contrario. De acuerdo con Bascuñán, es recomendable evitar el alcohol en verano, ya que deshidrata. Ambas expertas recomiendan consumir un mínimo de 2 litros de agua diarios. Aunque este número puede variar dependiendo del peso, la altura y la actividad física de cada persona. El agua con gas es otra de las bebidas, con más minerales incluso que el agua, a la que se puede recurrir muy acertadamente en los días de calor.