En un tiempo en el que los conciertos aspiran a trascender los escenarios tradicionales, hay propuestas que no solo sorprenden, sino que logran activar los sentidos con una refinada mezcla de belleza, cultura y audacia. Es el caso del Concert de la Lluna a les Vinyes, que en su duodécima edición propone una velada al calor de los grandes estándares de la música clásica, servidos por la Orquestra Simfònica de les Illes Balears dirigida por Pablo Mielgo. Las notas se deslizarán entre hileras de cepas bajo la mirada paciente de la luna, en el entorno privilegiado de las bodegas Macià Batle en Santa Maria del Camí el próximo 19 de julio, a partir de las 21.30, en este evento gestionado por el Grup Trui. Charlamos con Miki Jaume, promotor musical y gerente de esta empresa, sobre la logística entre barricas, públicos que aplauden copa en mano y esa magia difícil de describir que brota cuando la música se mezcla –literalmente– con el paisaje.
¿Qué dimensiones tendrá el escenario?
El escenario tendrá 140 metros cuadrados.
¿Qué tipo de comodidades complementan el espacio?
Hay una zona de terraza con mobiliario de botas y taburetes y zona gastronómica con producto mallorquín y bebidas. Ahora, la viña está preciosa, habrá un ambiente y una energía de buen vino y buena música.
¿Cuál es el aforo de la zona acotada?
Mil doscientas personas, está en una zona que es como un auditorio con sillas en filas.
¿Cuánto tiempo requiere el montaje de un escenario en un entorno natural como este?
Estamos cuatro días de montaje, vamos con mucho cuidado para no dañar el terreno, y luego dos días para desmontar.
¿Cuál es la parte más agradable y desagradable de su oficio?
Lo más agradable es el entorno y el cariño con el que nos recibe el equipo y la familia de Macià Batle; lo más desagradable es el calor con el que hay que trabajar en estas fechas.
¿Qué vino marida mejor con la música clásica?
Yo siempre empiezo con un blanquito y luego para los últimos temas, cuando la gente está más entonada, me iría al tinto.
¿Cómo influye el entorno natural del viñedo en la experiencia sonora del público?
Creo que más que sonora es visual, porque las viñas están detrás del escenario en la parte lateral, y por tanto el público tiene unas vistas muy chulas.
¿Cómo se adapta un sistema de sonido de alta fidelidad a un viñedo sin comprometer la calidad acústica?
No hay rebotes, ni nada que pueda interferir el sonido, por tanto hay una energía acústica muy limpia.
¿Qué desafíos plantea la acústica al aire libre en contraste con una sala de conciertos tradicional?
El sonido no tiene nada que ver, al aire libre hay una expansión del sonido diferente que en una sala, y en este caso, como te decía, las bodegas tienen una acústica muy buena. La mayoría de salas suelen estar muy preparadas, pero en algunas hay unos rebotes que son difíciles de gestionar.
Entre viñedos, ¿suena mejor una sinfonía o un solo de guitarra eléctrica?
Es muy complejo que suene mejor una orquesta al aire libre, la verdad. La orquesta es algo muy técnico, es algo muy exquisito, es algo muy exigente por la cantidad de instrumentos que tiene, y también influye la calor y humedad que hay en Mallorca... El rock suena mejor porque es más guerrero, por decirlo de alguna manera. La sinfónica siempre va a estar más cómoda en un interior que en el exterior, pero en este caso es un concierto en el que todos nos volcamos para que todo salga bien, tanto en la dirección como en la parte técnica, para que todo se desarrolle de la mejor forma posible.
¿Qué papel juega la iluminación en este concierto?, ¿se busca realzar el entorno o centrar la atención solo en los músicos?
Habrá un ambiente de luz muy cálido bajo las estrellas. La iluminación desde el primer momento siempre hemos querido que sea muy cálida. La orquesta necesita una iluminación blanca para seguir las partituras, pero luego hemos buscado una iluminación del entorno, de la viña, pero no buscamos una iluminación espectacular, no es un concierto de rock, por lo tanto lo que queremos es un ambiente cálido y agradable, que el público esté conectado con las estrellas, con la sinfónica, con las viñas... No buscamos que la iluminación tenga una presencia importante, es más la parte acústica y la parte sinfónica.
¿Tiene tiempo para disfrutar de los conciertos que organiza?
Por desgracia no, disfruto de hacerlos y de trabajarlos, por suerte disfruto de mi trabajo y del equipo que tengo. Cuando me apetece disfrutar de un concierto entero me cojo un avión o me voy a ver un concierto que no organizo.
¿Cómo va de estrés en esta nueva campaña de conciertos veraniegos?
Pues como tú un poco. En verano el estrés lo llevas implantado, hay muchos bolos y entramos en otra frecuencia, en otra marcha, hay que adaptarse a ella, son momentos de tormenta y hay que saber navegarlos.
¿Con voluntad pero sin metodología de trabajo habría llegado tan lejos?
Para nada, aunque tengas un buen equipo de trabajo la metodología es fundamental, y aún así tienes que dar lo mejor de ti siempre.