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Joan Cunill, homenajeado por sorpresa en Valencia

AFISA, asociación que vela por los enfermos de fibromialgia, quiso agradecer al artista mallorquín su colaboración

Dos días después, quedamos con Cunill en Palma y de pronto apareció Patricia, que le hizo entrega del regalo con el que AFISA le agradecía lo mucho que, de forma altruista, está haciendo por ellos. El hombre ha ido de sorpresa en sorpresa. | Click

| Palma |

Como suele suceder en muchas ocasiones, el último en enterarse es el interesado o mejor, como en este caso, el protagonista de la historia. Hace una semana, en la web de Ultima Hora publicamos una entrevista que le hicimos a Joan Cunill, maestro herrero y artesano del latón, al que dedicó gran parte de su vida, oficio que derivó en el de escultor. También ha ejercido de pintor, aunque él dice que no pinta, sino que «mancha telas», cosa que es una opinión respetable, pero modesta, pues sus cuadros con figuras humanas de mucho colorido llevan su sello personal e intransferible. Pero hoy no le traemos aquí como artista del hierro y la hojalata, sino como pintor. O más exactamente, como persona altruista con su pintura.

Homenaje

Y es que Joan, a través de las personas que manejaron sus esculturas y pinturas, tuvo conocimiento de que en el pueblo valenciano de Oliva hay una asociación llamada AFISA que vela por las personas que padecen fibromialgia, una enfermedad rara que produce a quien la sufre dolores constantes en su cuerpo, y también en su alma, y sobre la que la ciencia no tiene muchas cosas que decir ni remedios que ponerle... Ni tampoco los políticos han hecho mucho –en realidad, han hecho más bien poco, por no decir nada– a destinar dinero para investigarla. Así que AFISA, al igual que las otras asociaciones que hay relacionadas con esta enfermedad en el país, entendemos que se sostiene a través de ayudas que recibe de ciudadanos, generalmente anónimos, entre los que está Joan. «Me hablaron de ella, me puse en contacto con su presidenta Luisa Arias, y le dije que dinero poco podía aportar, pero sí obras mías para que las vendieran o rifaran, y que lo que consiguieran se lo quedaran. Es más, le dije también que yo corría con los gastos del envio de los cuadros, cosa que he venido haciendo desde el primer día».

Lo que no sabía Joan es que el pasado jueves 30 de mayo, Día Mundial de la Fibromialgia, AFISA iba a celebrarlo con un acto a las 19.00 horas. El evento arrancó con una ponencia de la doctora Eva Martín sobre cómo afecta esta enfermedad al día a día del afectado y a las 19.30 horas hubo un homenaje para Cunill con exposición, además, de algunas de sus obras en un local anexo. Fue una muestra de agradecimiento dedicada al artista por lo que estaba haciendo por la asociación.

Naturalmente, AFISA quería que Joan se desplazara a Valencia, al pueblo de Villalonga, donde la Fundación Vicky Foods –antes Dulce Sol– cedía sus instalaciones para dicho homenaje con el objetivo de poder darle las gracias personalmente, pero hubo un problema: que debido a una lesión que tiene en una rodilla, apenas puede caminar. Entonces, ¿qué iban a hacer?

Que no se enterase

Entre la presidenta de la asociación, la hija y la nieta de Cunill idearon un plan que consistió en que la nieta le comentara al abuelo que el jueves 30, a las 19 horas, AFISA a través de las redes sociales iba a transmitir un acto con motivo del Día Mundial de la Fibromialgia. «Por tanto, abuelo -le dijo-, si quieres, a través del ordenador, puedes seguirlo, que yo te lo pongo». Y el abuelo le dijo que encantado.

Pero había otro problema: AFISA quería regalar un objeto a Joan en agradecimiento por lo mucho que estaba haciendo por ellos y ¿quién lo recogería? Porque Joan no podía y la hija y la nieta tampoco… «¿Y por qué no le preguntamos a Patricia Chinchilla? Conoce a Joan, es una persona muy conocida a través de las redes sociales y, además, escribió un libro Vidas con arte, en el que le hace una entrevista...». Las dos se pusieron en contacto con ella y, tras la sorpresa inicial, les dijo que encantada, que haría un hueco e iría a Valencia. Eso sí, al abuelo no se le diría nada, ni del homenaje ni de lo que iba a ir Patricia a recoger en su nombre.

Gran sorpresa

El pasado jueves, poco antes de las siete, la nieta se conectó con AFISA mientras el abuelo tomaba asiento ante el ordenador. Entonces vio aparecer a Patricia luciendo un vestido largo, diciendo el motivo por el que estaba allí y contando que AFISA rendía un homenaje a Joan Cunill por su altruismo hacia ellos. Entonces él alucinó y más cuando se vio a través de la pantalla en un monitor. «¿Qué está pasando?», preguntó el buen hombre mirando a su nieta e hija, señalando la pantalla del ordenador donde aparecía Patricia y, a su lado, en otra pantalla, él, imágenes que también estaba viendo el público que abarrotaba la sala de la Fundación Vicky Foods.

Joan Cunill, desde su casa en Mallorca, escucha un tanto perplejo el discurso de Patricia Chinchilla en homenaje a él.

Joan es hombre fuerte pero estuvo a punto de romperse por la emoción y, disimuladamente, se secó las lágrimas y siguió en directo un homenaje que ni en sueños hubiera imaginado que le harían lejos de su Mallorca natal… Porque aquella tarde se pudo imaginar cualquier cosa, menos eso. Ser el último en enterarse siendo posiblemente el personaje más importante del Día Mundial de la Fibromialgia celebrado en el precioso pueblo de Villalonga, con quienes colabora regalándoles cuadros para que los vendan o los rifen, y se queden con lo que ganen.

Y por si faltara poco...

Pero la cosa no terminó ahí. El sábado quedamos con Joan en un bar de la plaza Mayor de Palma y todavía estaba que no salía de su asombro. De pronto apareció Patricia Chinchilla, que llevaba consigo la placa que AFISA le donó, para entregársela. Otra sorpresa más. «De verdad que no sabía nada. ¿Qué puedo decir? Que muchas gracias, que no tengo palabras». Bonita historia, ¿no? Pues por eso la contamos. Por eso y porque ha sucedido entre lejos de aquí y aquí, y con gente de aquí.

Por cierto, Joan nos contó que hace años, a través del alcalde de Inca, contactó con una persona que tenía que ver con una asociación que ayudaba a enfermos con fibromialgia. «Me ofrecí para lo que quisieran, me dijo que me llamaría, pero a día de hoy aún no lo ha hecho».

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