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«Algunos de los que van a las exposiciones es para ver a los amigos con los que se hacen fotos para las redes sociales»

El pintor Tolo Albertí no aconsejaría a su nieto que intentara vivir del arte

Toni Albertí, en un momento de la entrevista. | Click

| Palma |

El pasado 22 de los corrientes, en Can Garau (Sencelles), se inauguró la exposición Llenguatge del color, en la que participan seis artistas, Aina Crespí, Marta Matamalas, Marta Llompart, Joan Llompart, Tomeu Vidal y Tolo Albertí. Presentó el acto de inauguración la regidora Jerònia Campaner. Dicha exposición, que se podrá ver hasta el próximo 20 de abril, está comisionada por Miquel Segura y Llorenç Ferragut.

Días atrás, en otro acto que se celebró en Palma, coincidimos con Tolo Albertí, uno de los artistas de Llenguatge del color, que expone doce obras entre ellas una apropiada para los tiempos de Semana Santa que estamos viviendo, ya que es una representación libre de una caperuza. Obra que lleva su trazo personal, y a la vez intransferible.

-Tenemos entendido que tiene usted una obra en el Museo del Estado, ubicado en la misma Plaza Roja de Moscú.

-En dicho museo, no. La tiene la directora del mismo, a quien se la entregué personalmente en un viaje que hice con una representación del Govern que asistió a una feria turística que se celebró en la capital de Rusia. Ni que decir tiene, que la tenga ella en su despacho, o donde haya creído conveniente, es para mi un honor.

-¿Cómo llegó su dibujo a ese despacho?

-Meses antes de ese viaje, yo exponía en Sant Antoniet. Un día llegó una señora rusa, acompañada de un español, que se interesó mucho por mis cuadros. Al verla tan entusiasmada, le regalé uno de mis dibujos. Tan agradecida quedó, que gracias a ella viajé a Moscú, ya que, por lo visto, era una mujer cercana al gobierno de ese país y… pues no se cómo lo hizo, pero si fuí, fue por ella.

-Bien, dicho lo cual, deme usted su opinión… O mejor, respóndame a una simple pregunta: ¿Se siente el artista, en general, respaldado por el Govern, Consell o Ajuntament?

-La realidad es que no… hablo en líneas generales. Parece que el nuevo alcalde de Palma mira hacia el arte y los artistas. Vamos, que parece dispuesto a potenciarlo… De momento está hablando de crear un gran Museo de Arte Contemporáneo… Pero, mientras tanto, el artista en general se siente bastante desasistido.

-Póngame un ejemplo…

-Mire, en Palma hay varios lugares, como el Palau Solleric, Es Baluard, Ses Voltes, etcétera, en que pintores y escultores amigos míos han intentando exponer, y no lo han conseguido, entre otras cosas porque no han sabido a quién dirigirse, o por qué filtros pasar. Sin embargo, hay artistas que exponen, algunos siendo unos desconocidos… ¿Cómo lo han conseguido? Pues la verdad, no lo sé. Y no lo digo yo solo, eh… Por otra parte…

-¿Qué?

-Por otra parte están los Premios Ciutat de Palma de Arte de este año… ¡Sin comentarios! No sé, pero visto lo visto, hay que preguntarse qué criterios ha seguido el jurado para premiar las obras que ha premiado. O mejor, ¿quién, o quiénes, han seleccionado el jurado de los citados premios, y en qué se han basado para su elección? Porque, visto lo visto, habría que ver, o saber qué méritos o conocimientos artísticos tienen las personas que van a dar unos premios relacionados con el arte. Porque lo de este año ha sido como un insulto a la inteligencia del artista. Y lo digo porque es así… Porque a muchos nos ha parecido que es así, si no, pregunte a artistas qué opinan sobre estos premios.

-¿Qué haría usted si fuera regidor de Cultura para mejorarla?

-Conocer a los artistas, reunirme con ellos, preguntarles, dejar que den su opinión… ¿no estamos en Democracia? Pues que den oportunidades a todos, informando a todos cómo pueden acceder a espacios dónde exponer… Y es que la política que se está siguiendo en cultura, me refiero en general, hace que muchos artistas no estén valorados. Y aquí incluyo, además de pintores y escultores, a actores, escritores. Sí, se que reunirse con todos no es fácil, pero que busquen el medio de conseguirlo, que para eso están.

-Cambiemos de escenario. Aparquemos lo institucional, donde, por lo que vemos, queda mucha tela por cortar, y pasemos a lo privado, a las exposiciones que se hacen en salas a propósito, hoteles u otros escenarios. ¿Nos equivocamos si en cuanto a público que asiste a ellas son prácticamente los mismos?

-Por supuesto que sí. ¡Hombre! A la exposición suele asistir la familia del artista y sus más allegados, luego están los demás, y entre ellos, algunos que asisten, más que para ver las obras, para ver a los amigos y conocidos, con los que se hacen fotos que luego cuelgan en las redes sociales.

-Vista la situación, ¿si su nieto le comentara que quiere ser artista, qué le diría?

-Que lo sea, pero que estudie o trabaje, pues tal y como están las cosas, hoy pocos viven del arte. Es decir, no les diría que no pintaran, ni que dejaran de exponer sus obras, pero les aconsejaría que se buscaran un trabajo, que es del que vivirán.

-Miremos hacia adelante. ¿Tiene usted idea de qué va la Inteligencia Artificial? Parece ser que le das a la máquina una serie de datos y en un 'pis pas' te monta con ellos un cuadro. Y quien dice un cuadro, dice una novela…

-Lo de la Inteligencia Artificial me pilla un poco tarde… Pero por lo que sé… si, a base de darle a la aplicación una serie de datos sobre lo que pretendes dibujar o escribir, te hace ese cuadro o dibujo, o te redacta el texto sobre lo que le propones. Pero yo digo una cosa: y es que por muy perfecta que sea la Inteligencia Artificial a la hora de realizar la obra que le propones, no deja de ser una máquina, por lo cual en dicha obra faltará el calor del artista.

-Si mal no estamos informados, usted, de pequeño, tuvo un problema de salud que le obligó a estar en la cama durante un año; es más, sus padres, para sacarle a la calle le pusieron ruedas a la cama. Posteriormente, ya de adulto, fue operado del corazón, llevando desde entonces en él una válvula metálica, la cual le permite vivir normalmente, tiempo después de este episodio tuvo un ictus, del que afortunadamente se ha repuesto, y ya, para terminar, hace unos meses pilló el coronavirus. Pese a ello, se le ve feliz, optimista, de buen humor y difícil de seguir en sus caminatas diarias entre calle Aragón, que es donde vive, y es Molinar, que es donde se da la media vuelta para regresar. ¿Qué toma?

-Mire, cuando me levanto, me tomo un vaso de agua tibia, y a continuación un batido a base de huevo crudo, al que echo una cucharada de buen vino tinto y un poquito de canela. Lo bato bien, me lo tomo. ¡Y a disfrutar del día! Así de simple… eso lo tomaban hace muchos años los niños que nacían débiles.

-Para terminar, una cosita más. Usted, en una ocasión fue actor…

-Fue por casualidad, pero fue una bonita experiencia. Resulta que la protagonista, la actriz Agnès Llobet, tenía que hacer un dibujo, y el director de la serie decidió que el dibujo fuera mío, y… pues que luego el director me propuso participar en ella… Le dije que bueno, que sí, y me compraron un traje de color negro... y es que, junto con otras personas, tenía que llevar a hombros un ataúd, que, por supuesto, estaba vacío, simulando que íbamos a enterrar a alguien que iba dentro, y encima me propusieron que anduviera cojo. No se como salió… que creo que bien, pero yo me divertí mucho. ¡Ah! La escena correspondía a un capítulo de la serie que emitió IB3, Amor de cans.

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