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«En ‘Crónicas marcianas' la gente no me entendió como me hubiera gustado»

Estades de Moncaire, octogenario, soltero y sin compromiso, ve pasar la vida de la forma más plácida posible

Joan Antoni Estades de Mocaire durante una entrevista de Javier Cárdenas para ‘Crónicas marcianas’ en Palma. | Click

| Palma |

A Joan Antoni Estades de Moncaire le conocemos desde hace muchos años y, personalmente, desde que participó en el reportaje seriado en diez capítulos de este diario, Solteros de oro, ya que él fue uno de ellos. Estades nació en Francia, en una granja de los alrededores de Reims, ciudad en la que sus padres, oriundos de Fornalutx, tenían un colmado. Esta tienda estaba muy cerca de la Cámara de Comercio y de dónde los alemanes habían instalado la base de la Luftwaffe, fuerza aérea de la Wehrmacht.

Quiso ser cura

«Lo de nacer en una granja fue porque se lo recomendaron a mis padres. Estando en la Segunda Guerra Mundial, aunque fuera al final, cuanto más lejos de las grandes ciudades viviera uno, mejor. Por cierto, el propietario de esta se llamaba Paul Poncelet, que murió deportado en Dachau, campo de concentración nazi, cerca de Múnich». Antes que él, nacieron sus dos hermanos: uno, un varón, muerto, y la otra, una niña, falleció a la media hora de estar en este mundo. Joan estudió en el colegio de La Salle y un año en el seminario menor de Reims: «Sí, me dio por ser cura, pero al año se me pasó la vocación y lo dejé».

La primera vez que vino a Mallorca, «fue cuando tenía ocho años. Porque para quedarnos a vivir en Fornalutx fue en 1953. Estudié en Sóller, en San Felipe Neri, donde conseguí el certificado de estudios primarios. En 1962 entré a trabajar en Gas de Sóller, quedándome fijo en 1967. Fui gacetillero y cronista de Fornalutx en el semanario Sóller, por entonces propiedad de la familia de Joan Marqués, y más adelante fui corresponsal de Ultima Hora. También estuve vinculado al fútbol a través del Atlético Fornalutx, donde menos jugar hice prácticamente de todo».

Su paso por ‘Crónicas marcianas'

A nivel personal desconocíamos su vida hasta Solteros de oro, pero desde el primer momento que    le tratamos nos pareció un buen tipo, además de culto. Posteriormente, a raíz de Crónicas marcianas, seguimos sus andanzas en dicho programa, del que confiesa que «no me hizo mucho favor, aunque, teniendo en cuenta los personajes que desfilaron por él, me considero un poco como el ‘tuerto' en el país de los ciegos, pero ¡qué le vamos hacer! En la vida todos somos actores, y ahí me tocó ese papel, a través del cual creo que la gente no me entendió como me hubiera gustado. Es decir parecía que, por lo que se veía de mi en él, era poco menos que un salido, más pendiente del sexo que de otra cosa, cuando no soy así. Pero, por ese programa, algunos se fabricaron esa imagen de mi».

Sobre el creador y conductor de Crónicas marcianas, Javier Sardà, y uno de sus colaboradores más importantes, Javier Cárdenas, Joan tiene su propia opinión. «Este era como el perro sabueso, en cuanto a Sardà, en el primer programa estuvo bien conmigo, fue muy educado, en el segundo estuvo un tanto distante y en el tercero hizo algo que no me gustó: quiso darme el cambiazo de Marujita Díaz, con la que tenía que cenar durante el programa, por Carmen de Mairena. Él se creía que no me había dado cuenta del cambiazo, pero ¡vaya que si me di cuenta! Me di cuenta y encima se lo dije…».

En cuanto a si cobraba mucho por programa, y si el aparecer en pantalla le hizo vivir el fenómeno fan en carnes propias, explica que «por cada programa cobraba 300 euros, que para aquellos años no estaba mal. En cuanto a la fama, diría que más que famoso fui conocido, algo que en el fondo no me desagradaba. Pero decir que tuve fans por el programa… Pues no».

Le hubiera gustado casarse

Volviendo a la persona al margen del personaje, a su vida separada de su paso por la televisión, nos reconoce que jamás tuvo pareja. «En una ocasión me quisieron relacionar con dos chicas: primero con una que había estado interna en el psiquiátrico, y luego con otra no muy agraciada. A mi me supo mal que la gente pretendiera eso, que me liaran con una y luego con la otra». Reconoce que «me hubiera gustado casarme, tener una familia… Sí, irme a la tumba dejando una familia, pero no será posible. Soy hijo único, soltero, sin hijos, siendo el familiar más próximo que tengo un primo hermano».

Cuenta que ni se le ha pasado por la cabeza acudir a ‘First Dates' para buscar pareja. Además, asegura que no tiene «ni idea» de cómo van las citas a ciegas.

En Solteros de oro, si mal no recordamos, le preguntamos si por las noches, cuando se despertaba –¿quién no se ha despertado por las noches, o le ha costado conciliar el sueño?– le hubiera gustado encontrase con un cuerpo de mujer, el de su mujer, durmiendo a su lado y poder acariciarla. Él confesó que sí, que más de una vez lo ha echado en falta, «pero si no ha sido así es porque o Dios no lo ha querido, o yo no he sabido buscarla».

Pero, qué duda cabe que si hubiera querido habría encontrado pareja, como otros muchos la han encontrado, a través de las redes sociales «pero es que de unos años a esta parte ni lo he intentado siquiera, porque, ¿qué van a querer de un viejo como yo, con la cara bonita que tengo? Sí, antes, a través de internet, me salieron mujeres que querían algo de mí, pero… ¿Qué puedo ofrecer a una mujer a mi edad? Por eso nunca he hecho caso, ni tampoco he perdido el tiempo buscándolas. Ahora utilizo internet para otras cosas… Sí, las redes sociales la uso para decir lo que pienso… Que quizás no sea lo políticamente correcto. Pero, aún no siéndolo, no me harán cambiar». Le pedimos que se extienda en lo de quizás ‘no sea políticamente correcto': «Pues que España llevó muy bien la Transición, cosa que no podemos decir de cómo están las cosas ahora. Es decir, si hoy no piensas como la gente de la izquierda, eres un ‘facha'… Igualito que en la época de Franco, que si no pensabas como el Régimen eras un comunista, lo que significa que hemos pasado de un extremo a otro».

Tiene un blog

Joan, que es culto, honesto y sincero, es caballero del Santo Sepulcro, de lo que antaño hacía gala sobre todo cuando le invitaban a algún acto al que asistía con traje oscuro, camisa blanca, banda de color rojo cruzando en diagonal su tórax y una medalla prendida al lado de la solapa… ¡Qué tiempos! «Pero de aquello apenas queda nada, pues un día entraron en mi casa y me robaron la medalla, un reloj de oro que era de mi padre y un anillo de la familia. Pero todo queda en el recuerdo», lamenta. Por cierto, ya casi al final, le preguntamos si por su cabeza ha pasado la idea de ir a First Dates, el programa de Cuatro para buscar pareja. «La verdad es que no. No tengo ni idea de como va eso de las citas a ciegas. Lo único que puedo decirte es que esa forma de buscar pareja la encuentro curiosa. Pero nada más. Ni he ido, ni iré» .

Para acabar con Joan Antoni, que fue pregonero de las Fiestas de Sóller de 1982, recomiendo ver su blog, historiasirrealesperoquiza.blogspot.com, donde cuenta curiosas historias, «ficticias pero algunas basadas en hechos reales».

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