Cuando en 1817 el escritor francés Stendhal visitó Florencia se sintió tan aturdido por su deslumbrante belleza que sufrió palpitaciones. A esa reacción se la bautizó como ‘síndrome de Stendhal'. Ignoro si existe algún tipo de respuesta psicosomática que traduzca el impacto sobrecogedor que transmite una mirada. En especial si esa mirada va acompañada de una historia capaz de enternecernos en lo más alto de la ‘escala Stendhal'. Es el caso, la historia, de Gris; la gata del mismo color que aparece en estas páginas, dueña de una mirada más profunda que la fosa de las Marianas. Me encontraba en la sala de espera de un centro veterinario especializado en animales exóticos, aguardando a ser recibido; en ese impasse pude escuchar la historia de esta ‘peludita' que pudo sortear su triste destino gracias a la intervención del veterinario Diómedes Sánchez, de Peludets. «A Gris le dieron cuatro días de vida, estaba destrozado y decidí pedir una segunda opinión», explica su propietario. Esa decisión les cambió la vida.
De aquel día oscuro y melancólico en el que estaba a las puertas de la muerte, a esta soleada mañana en la que Gris se cruzó en mi vida ha transcurrido un año. No sé a ustedes, pero a mí son este tipo de historias las que me alegran el día. Y todo ello no es sino gracias al acertado diagnóstico de Diómedes, veterinario avezado en terapias holísticas, una práctica que como complemento de las nociones científicas puede mejorar notablemente la calidad de vida de nuestras mascotas. «Es importante recalcar que más que terapias holísticas aplicamos una visión holística, que es diferente, al diagnóstico del animal», desliza este profesional formado en Reino Unido, que prolongó la vida de Gris con «una cirugía de mínima invasión, tenía un problema de riñón».
Visión
Pero, ¿cómo se aplica la visión holística al campo de la veterinaria? «La cuestión holística es la visión amplia que uno tiene del paciente, teniendo en cuenta su entorno físico y anímico. Lo analizamos centrándonos en todas las interrelaciones», explica Diómedes. Con todo, advierte el profesional que «es importante saber que dentro de las terapias alternativas y naturales no todo lo que es bueno para una persona es bueno para un animal». La cuestión holística, por tanto, es solo «un complemento beneficioso» a las prácticas habituales veterinarias. Con esta técnica tratan a perros, gatos, animales de granja y todo tipo de especies exóticas, la lista es larga. De ahí que en su página web aseguren que, probablemente, ‘sea más corto enumerar los animales que no tratamos'.