La elaboración artesana de coronas y centros para la Navidad acapara estos días numerosa participación femenina en los cinco talleres impartidos por la diseñadora floral mallorquina Marinella Vidal Runcio, en su taller floral A di Amore, en el Secar de la Real.
De nuevo, en las creaciones, se aprecia la presencia indispensable de los colores verde y rojo, unidos desde siempre a la Navidad. El verde proporciona calma, relax, y simbolizan la vida, la paz y la eternidad. El rojo, amor, pasión y sangre, y se utiliza para rendir culto a lo divino, según los escritos más antiguos.
La creatividad ha sido uno de los máximos exponentes de cada uno de estos talleres, ya que, tal y como afirma Marinela Vidal, «la elaboración de una corona, que es la pieza floral más demandada, define mucho el carácter de la persona. Las hay que la visten con muchos elementos, mientras que otras optan por la sencillez. La flor seca es el adorno más demandado, y le siguen en interés las ramas verdes y pequeñas piñas».
Componentes florales
«En cuanto a los talleres, se ha dispuesto de una gran variedad de componentes florales para elaborar las coronas –señala Marinella Vidal–. «Empezamos con una base circular o aro de paja, para que se vayan colocando toda una serie de elementos entre los que prevalece el verde de las ramas de abeto, de tuya, de eucaliptus y de pino mallorquín, además de otra serie de ramas, como las de roble teñido, y flores secas. A todo ello se añaden otros adornos a base de algodón, pequeñas piñas, naranjas secas y palos de canela».
El resultado de las decoraciones de las coronas es siempre bello y elegante. «Entre quienes participan, las hay que repiten taller, para otras, es la primera vez, y de hecho para todas ellas resulta una experiencia inolvidable. Tienen cada una todo el material para sujeción, y pueden combinar a su gusto ramas y frutos a su elección. La base de una corona es de treinta centímetros de diámetro, por lo que, una vez acabada, puede llegar a alcanzar hasta medio metro. Todas tienen bastante duración, pueden conservarse durante varias semanas y se destinan a lugares como la puerta principal o bien para la mesa navideña, colocando un velón en el centro».
La diseñadora, formada con cursos de oficial florista en la Escola Catalana de Floristes y en distintos centros de Madrid y Barcelona, asegura que «todos los diseños que hago para distintos eventos, y sobre todo para los adornos navideños, son únicos».