La Gran Via Puig de Galatzó de Santa Ponça se tiñó de verde este domingo con motivo de la celebración de San Patricio, santo patrono de Irlanda, en un evento festivo organizado por el Ayuntamiento de Calvià. Numerosas personas pasearon entre puestos de comida de todo tipo, desde empanadas argentinas a pinchos vascos o bocadillos italianos, así como artesanías y recuerdos varios, además de disfrutar de diferentes actuaciones musicales, actividades infantiles, pasacalles y espectáculos circenses, en un ambiente bullicioso y familar junto a la playa. El día fue mayormente soleado, con algún chubasco ocasional, y el ambiente fue en todo momento festivo, familiar y muy sano.
No se puede decir que los sombreros verdes, típicos de esta celebración, fueran hegemónicos este día en Santa Ponça, pero sí se dejaron ver bastante, especialmente entre los transeúntes extranjeros, como Eva y Chris Fitz, polaca y británico de raíces irlandesas. «Vivimos en Mallorca y solemos venir cada año. Hay muy buen ambiente, aunque es muy diferente a la celebración en Irlanda, donde esta fiesta dura una semana entera», explican. «Ayer hubo partido de rugby y la selección irlandesa ganó, así que hoy es un día doblemente especial para la comunidad irlandesa», destacan.
Familias mallorquinas
También hubo muchos mallorquines en el evento, como es el caso de la familia Bosch, que se topó con el festejo por casualidad. «Es la primera vez que voy a un San Patricio de día. Yo la verdad es que soy más de celebrarlo por la noche, con unas cervezas, pero mi hijo Pau tenía un partido de fútbol infantil en el campo de fútbol de Santa Ponça, y al salir nos hemos encontrado con esta fiesta», confiesa Javi Bosch, quien acudió con sus padres, su hermana, su cuñada, su mujer y su hijo. «Hemos visto una batucada, una actuación circense con malabares, acrobacias, monociclos,... Lo cierto es que el ambiente es muy familiar, con muchos niños. Tiene más protagonismo la comida que la bebida», señaló.
Uno de los puestos de comida que más llamó la atención a Javi y a otros transeúntes fue un antiguo Seat 600 habilitado para albergar cerveza fría en el maletero y cocinar a la plancha sobre el capó. Su camarera, Natalie Mesa, es colombiana y acaba de llegar a la Isla para trabajar. «Llevo muy poco tiempo en Mallorca y no había venido nunca a esta fiesta. La verdad es que han pasado por aquí un montón de personas, sobre todo familias, muchas de ellas vestidas de verde, maquilladas o disfrazadas para la ocasión. Un ambientazo», dijo.