La talidomida, el polémico medicamento que causó en los años 50 y 60 malformaciones congénitas graves, volverá a comercializarse en España. Ahora, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha anunciado su regreso para el próximo 2 de febrero. Aunque esta noticia pueda sorprender, cabe destacar que se seguirá administrando solo pacientes con mieloma múltiple que no han recibido un tratamiento anterior y en combinación con los fármacos prednisona y melfalán. En cuanto a su venta, se realizará únicamente en farmacias hospitalarias, ya que sus efectos secundarios siguen vigentes en su composición.
La Asociación de Víctimas de la Talidomida de España (AVITE), formada por ciudadanos perjudicados por el medicamento, ha querido expresar su opinión sobre este asunto. El vicepresidente de AVITE, Rafael Basterrechea, se muestra a favor de su comercialización porque es beneficioso para pacientes con mieloma múltiple. «No puedo estar en contra de un medicamento que mejora la calidad de vida de algunos enfermos por mucho que haya arruinado la mía», ha subrayado. Sin embargo, ha criticado que «las farmacias se están llenando los bolsillos mientras nosotros llevamos 72 años sin ser indemnizados».
A raíz de esta decisión y debido al riesgo de que se produzcan de nuevo deformidades como en años anteriores, la Unión Europea ha establecido una serie de requisitos para su prescripción y dispensación con un Plan de Prevención de Embarazos y un Sistema de Acceso Controlado. La medida incluye tanto a mujeres en edad fértil como a cualquier hombre, ya que la talidomida pasa al líquido seminal. De esta forma, las mujeres fértiles que deban tomar el medicamento tienen que usar un método anticonceptivo eficaz, antes, durante y después del tratamiento, y someterse a pruebas de embarazo regulares. También los hombres deben utilizar preservativos si mantienen relaciones sexuales con mujeres en cinta o que puedan quedarse embarazadas, tanto durante el tratamiento como después. El objetivo principal es evitar cualquier exposición a la talidomida en mujeres embarazadas.
La talidomida va más allá de las malformaciones, ha indicado Rafael Basterrechea, ya que las personas con cáncer que la ingieren tienen muchas probabilidades de acabar en silla de ruedas, pero con una mejor calidad de vida. Consciente de que este tema puede abrir debate, el vicepresidente de AVITE ha aclarado que «un enfermo de mieloma múltiple que no toma talidomida tiene una esperanza de vida de 2 o 3 años. No obstante, si la consume puede vivir unos 20 años y con una calidad de vida mejor, pese a quedarse en silla de ruedas».
En el caso de las farmacéuticas, AVITE ha considerado que se están haciendo de oro con la venta del medicamento y, por eso, les interesa que siga en el mercado. «La clave está en que los enfermos deben tomar durante mucho tiempo este veneno, aunque sepan que esto no les va a curar, y entonces se convierten en pacientes crónicos lo que beneficia a las farmacias», ha subrayado Rafael Basterrechea.