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Circo junto al mar

En el Port d'Alcúdia se instaló una carpa de circo a la fresca y ‘Es Corral Xalest', con talleres y juegos para toda la familia

Los espectáculos al aire libre regresaron al Port d’Alcúdia para aprovechar el clima mediterráneo. | Laura Becerra

| Palma |

Alcúdia ha acogido este fin de semana el séptimo Circaire, un festival de circo contemporáneo en el que han participado 18 compañías circenses de toda España, así como de Irlanda, el país invitado este año. Cientos de personas disfrutaron de baile y música, malabares, equilibrios, humor y todas las disciplinas que componen el circo de nuestros días, muy alejado del suelo de serrín y los animales adiestrados. Los 26 espectáculos de Circaire se programaron en diferentes espacios de Alcúdia, contagiada por el espíritu festivo que caracteriza a este festival, en el que el público recorre el municipio de espectáculo en espectáculo.

De este modo, este domingo se cerró esta edición con un variado programa de actividades, que incluyó varias propuestas en el Port d'Alcúdia. En el paseo del Port, el Circ Bover instaló su carpa de ‘Circ a la fresca', un formato que nació en 2020 para realizar funciones siguiendo las medidas de seguridad que exigía la pandemia, pero que ha logrado establecerse, porque nunca está de más gozar del clima meditarráneo mientras se disfruta de un buen show. Los asistentes pudieron conocer a Andy Cirque con su función Yo y mi Yo; bajo el lema The show must go on, el ecléctico artista sorprendió a los presentes con sus incontables habilidades. También actuó Carlos Expósito con su espectáculo Yompo, donde demostró que todo problema tiene la misma solución: el amor.

Los niños pudieron disfrutar en familia de varios talleres para aprender diferentes técnicas de circo.

Pero eso no fue todo. Entre las 10 y las 14 horas, el público conoció la nueva propuesta de Circ Bover:‘Es Corral Xalest', un espacio de fantasía familiar, dirigido en especial a los más pequeños de la casa que, para alegría de sus padres, pudieron descargar allí su infinita energía. Y es que la oferta del Corral fue de lo más variada. Por un lado, los niños pudieron subirse al famoso tiovivo ecológico del menorquín Enrique Guillén, que rueda de ferie en feria y de fiesta en fiesta. Cuando se cansaron de dar vueltas, los niños pudieron participar en compañía de sus padres en los talleres de circo Bambúcirc, dirigidos por los artistas Federico Menini, Coloma Roig y Carla Fontés, que les senseñaron a andar en zancos, a mantener el equilibrio en finas piezas de bambú, a hacer malabares con pelotas de arena o a realizar posturas imposibles colgados en largas telas. Todo un reto para los pequeños, que lo dieron todo en los talleres. Además de todo esto, los niños disfrutaron también de los juegos de Ludoteca de Jardí, que fomentan su autonomía y devuelven el recreo al espacio público.

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