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Cocina sin fronteras

Cuatro estudiantes bolivianos viajan a Mallorca de la mano del maestro arrocero Kike Martí para realizar prácticas en diferentes restaurantes

Los cuatro estudiantes visitaron los distintos puestos del Mercat de l’Olivar acompañados de sus ‘padrinos’, Miguel Rodríguez, de la empresa Ebullicionar, segundo por la izquierda, y Kike Martí, de Arrózame, segundo por la derecha. | Julián Aguirre

| Palma |

Se consideran unos afortunados y quieren aprovechar la oportunidad de formarse en cocina, haciendo prácticas en restaurantes de la Isla. Mauricio Montaño, Jaime Allegri, Nayer Ledesma y Donaji García son cuatro estudiantes bolivianos, de la licenciatura de gastronomía, procedentes de la Universidad para el Desarrollo y la Innovación (UDI), en Santa Cruz, en el llano boliviano.

Hasta final de temporada, los jóvenes amplían sus conocimientos en cocina y restauración en Ran de Mar, del Port de Sóller, y Na Caragola, en Sant Elm, gracias al movimiento social de Arrózame, del empresario y maestro arrocero Kike Martí, junto al especialista en sala Miguel Rodríguez, de Ebullicionar. «Además tenemos la colaboración del coordinador de la UDI, Fernando Catalán, y de María Eugenia Méndez Reyes, cónsul de España en Santa Cruz de la Sierra», comenta Martí. «Les damos la oportunidad de venir a Mallorca para seguir formándose haciendo prácticas remuneradas, y que no sean unos esclavos de las cocinas o sólo se dediquen a limpiar. También nos preocupamos por su alojamiento e imprevistos», comentan. Además de su jornada laboral, los estudiantes aprovechan el tiempo libre en conocer bodegas y mercados, como la visita que realizaron ayer a las bodegas José Luis Ferrer, de Binissalem, y al Mercat de l'Olivar.

Durante la visita al Olivar conocieron productos típicos, como la ‘sobrassada'.

En uno de los puestos de pescado los jóvenes conocieron las diferentes especies autóctonas de Baleares.

Mauricio Montaño tiene 22 años y siempre le ha gustado la cocina. Su padre es médico y su madre bioquímica, y su pasión por la cocina le viene «porque comencé a cocinar para la familia con una de mis tías y eso me gustó. Estoy en el último año y aprender de las cocinas del Ran de Mar es todo un lujo para mí porque me gusta mucho trabajar con el pescado fresco». El sueño de Mauricio, al igual que el de Jaime Allegri, es,    en un futuro, abrir un restaurante propio. «Empecé como hobby, cocinando con mi abuela y viendo programas de televisión. Me encanta la cocina mediterránea y tradicional», señala Jaime, quien junto a Nayer y Donaji, trabaja en el restaurante Na Caragola, en Sant Elm, y comparten apartamento. «La experiencia no puede ser más positiva. Para mí es la tercera vez que tengo la oportunidad de realizar prácticas aquí y sin duda en España, y más concretamente en Mallorca, se le da mucha importancia a la gastronomía, algo que comienza a coger fuerza en Bolivia».

Mauricio prefiere cocina japonesa.

Jaime observa una ‘porcelleta'.

Nayer quiere seguir en Mallorca.

Donaji quiere elaborar tartas.

Para Nayer Ledesma esta es la primera vez que sale de Bolivia. «Trabajé en un hotel y un restaurante peruano y en plena pandemia abrí mi propio restaurante en casa, ofreciendo comida rápida y elaborada». Las tartas, leche asada, arroz con leche y el manjar blanco son algunos de sus platos estrellas. «Me gustaría en un futuro dedicarme a la repostería y cocina tradicional, pero en verdad ahora, al finalizar la temporada y las prácticas, me gustaría poder quedarme en Mallorca y seguir trabajando». Además de la gastronomía, a Donaji García le interesa el Marketing y la Comunicación social, pero al regresar a Bolivia quiere terminar la carrera de Turismo. «Quiero abrir mi propia cadena de pastelería y panadería en Bolivia», asegura.       

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