Juan Campos anunció el domingo el cierre de su tienda Discos ¡Oh! para el 1 del próximo mes de julio, lo cual significará el cierre de uno de los establecimientos de música con más solera de las últimas tres décadas, además de punto de encuentro de DJ, músicos y gente relacionada con la música, y punto de venta de los eventos musicales más importantes acontecidos en la Isla. «La tienda, efectivamente, la cierro el 1 de julio, mientras tanto voy a intentar vender lo que queda en ella –nos decía ayer Juan–. Y cierro por jubilación. Y también porque estos tres últimos años han sido una ruina completa.
Tres años en los que apenas se ha vendido y encima el material ha subido entre un 25 y un 40 por ciento. ¡Y menos mal que me puedo jubilar!, que si no, no sé cómo me las tendría que arreglar, pues tal y como está la situación es imposible asumir los gastos. Y es que la vida, a nivel negocio, es una hecatombe. Y encima los políticos no ayudan a mejorar la situación, sino todo lo contrario. La prueba está en que en vez de bajar precios, estos han subido. ¿Por qué? Ya lo he dicho: aparte de que la pandemia ha contribuido a que esto se convierta en una ruina, nos han subido los impuestos, a lo que hemos de sumar el incremento del recibo de la luz, del gas… Y encima llevamos más de siete meses sin recibir productos, entre otras razones porque los gastos de producción y envío también han subido».
«Los 80 y los 90, lo mejor»
Reconoce que la mejor época que ha vivido al frente de Discos ¡Oh! fue parte de los 80 y los 90, y que todo empeoró desde la destrucción de las Torres Gemelas. «Para mí, ese suceso es un referente, ya que considero que ese fue el principio del declive. Luego llegó el euro, haciéndonos también mucho daño, pues los precios subieron en mayor proporción que el valor del dinero. Y cuando nos empezábamos a recuperar, llegó la crisis del ladrillo. O sea, de nuevo más gastos y menos ingresos. Como podemos, tratamos de recuperarnos otra vez, y cuando a punto estamos de conseguirlo, llega la pandemia, el confinamiento… Y ahora, cuando empezábamos a volver a la normalidad, estalla la guerra de Putin. O lo que es lo mismo: de nuevo el caos. Entonces, ¿para qué seguir con todo en contra? ¡Y menos mal que puedo cerrar jubilándome, que sino…». E insiste que en estos momentos tan duros, los políticos tendrían que pensar más en el pueblo «o pensar en nosotros tanto como piensan en ellos… Porque hasta hace unos años –señala– tenía cuatro empleados, luego, tres, y ahora estoy solo. Entonces, si eso es así, es que aquí pasa algo, ¿no?».
«...pero sigo como DJ»
Juan, que estamos seguros que no le gusta jubilarse con este panorama, pues piensa en otros pequeños empresarios, lo deja claro: «Que me jubile no significa que me vaya a casa, a no hacer nada. Porque como DJ, que lo soy desde hace cincuenta años, voy a seguir. Lo digo porque ahora mismo, para este verano, tengo contratados más de treinta actos entre verbenas, bodas, etc. Vamos, que como DJ voy a seguir hasta que el cuerpo aguante, y más viendo que mucha gente quiere que siga. Aparte de que… ¡Es que no puedo dejarlo, va conmigo! Y más tras haber tenido que cerrar la tienda, que es como cerrar una parte importante de mi vida». En el momento de la despedida, Juan nos recuerda que si abrió Discos ¡Oh! con su mujer hace 36 años, «antes estuve, durante cuatro, en Xorradas». Y que antes de ser DJ trabajó como camarero en el Hotel El Valle (en Gomila) y friegaplatos en el Pepe's Bar, «que fue donde empecé a pinchar, haciéndolo más tarde, con Toni ‘El Simio', en el Peoples».