Se acabó Solidart, habiendo subastado todas las obras. Porque ninguna quedó sin pujar, eh… Unas más, otras menos… Pero eso es lo de menos. Lo importante es que salieron todas. En total se han conseguido 25.400 euros, que fueron ingresados en las distintas cuentas que habían quedado expuestas en la Sala Petita de la Fundació Sa Nostra durante los días que duró esta subasta silenciosa. Porque luz y taquígrafos, eh. Sí, transparencia total. Entre esos 25.400 euros, además de los 3.000 que donó CaixBank como donativo a la causa, están los quinientos que aportaron las hermanas Jerónima y María Luisa Marqués Rattier, recogidos entre miembros de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores de la Ciudad de Palma que ellas presiden, al considerar que Solidart es una buena causa. La entrega del dinero la hicieron el pasado sábado. A cambio se llevaron cuatro fotografías y un cuadro.
A la organización de Solidart hay que felicitarla por cómo lo ha organizado, igual que agradecer la solidaridad que han puesto de manifiesto los escultores, pintores y fotógrafos que han donado sus obras a beneficio de los damnificados de Ucrania, así como al público en general por su solidaridad. Y por supuesto, a La Fundació Sa Nostra, por haber puesto a disposición de Solidart dos salas, y por las facilidades que ha dado en todo momento a la organización de la misma. Ahora quedamos a la espera de otros dos actos solidarios con el pueblo ucraniano: la exposición a beneficio de los damnificados de la guerra de Putin, que organiza Ou Verd en el hotel Artmadans, cedido por su propiedad, también de forma solidaria, y SOM, la gala solidaria a beneficio de Unicef per a Ucrania, que se celebrará el domingo próximo, 10 de abril, en el Palau de Congressos de Palma, y en la que actuarán Nuria Fergó, Antón Cortés, Anegats, Lara Pons, Jaume Simó, David Ordines, Jaume Anglada, Cap·pela, Glosadors de Mallorca, Jaume Fuster, Xavi Canyelles, Rosa de Lima, Màgic Clocquell, Agustín Martínez ‘El Casta', Damià Timoner y Martí Llabrés. Presentarán Beatriz Díez Mayans y David Ordines. Entrada (mínima) 10 euros. Habrá fila cero. Y seguramente habrá otras exposiciones solidarias con Ucrania.
Ya están en la frontera
Desde el pasado sábado, el mallorquín José Gomis Santamaría y el menorquín Carlos Hurtado Quintanilla han estado rodando en la furgoneta de éste, repleta hasta los topes de medicinas, ropas, juguetes., etc. con destino a la frontera húngaro-ucraniana, a donde han llegado ya. José nos dijo que no nos puede facilitar la ruta por seguridad. También, por la misma causa, no saben, hasta que lleguen al punto que les indiquen, cómo y a quién deben de hacer la entrega de todo el material que llevan, y a la vez recoger a la gente que han ido a buscar, cosa que hoy ya les habrán dicho, pues a última hora de ayer, cuando llamaron para decirnos que habían llegado, desconocían el lugar. Pues, ¡feliz viaje de regreso!
Historias de refugiados
Días atrás, de la mano de la pintora rusa, de Moscú, afincada en Mallorca, Icon Zar, la que suele llevar a menudo una corona de flores sobre su rubia y corta melena, conocimos algunas historias de ucranianos que a partir de pasado mañana os voy a contar. Historias de refugiados que tuvieron que salir con lo puesto a causa de la guerra. Unos llegaron a Mallorca sabiendo que su casa había sido totalmente destruida; otros, intuyéndolo. Pero hoy se encuentran en la Isla, sanos y salvos…
Dichas historias las conocimos tomándonos un café en Can Miquel. Son historias de una madre que vive en Mallorca, y que cuando habla con sus hijos en Ucrania ve, casi a diario, como la conversación se interrumpe por la llegada de los aviones rusos. O la historia de una pareja que viajó por negocios de Kiev a Budapest, y el día que estalló la guerra no pudieron regresar a casa, terminando en Mallorca. Otra de una madre, ejecutiva de una empresa multimedia, además de guionista, que el 23 de febrero, habiendo tenido una corazonada de que iba a pasar algo, hizo la maleta, cogió a su hijo y voló desde Kiev a Mallorca en el último vuelo que salió de su aeropuerto. Además de la de otra madre que se vino a Mallorca porque su hijo, sin haber estado nunca en la Isla, le recomendó que se viniera, por la isla en sí –le dijo– y por la hospitalidad de su gente. Por último, la historia del galerista de Mallorca que fue a rescatar a Ucrania a una pintora nacida en este país, pero que él creía que vivía en Alemania, y que tras no pocas peripecias logró conseguir su objetivo.