El precioso rostro de Gigi Hadid, amén de sus medidas perfectas, la han convertido en una de las modelos más cotizadas del mundo. Pero su fama no se ha limitado a sus felinos movimientos sobre las pasarelas más renombradas del mundo de la moda, sino que fue más allá al enamorarse –hace seis años– y casarse con uno de los ídolos juveniles de millones de adolescentes: ZaynMalik, excomponente de la boy band británica One Direction. La pareja tiene una hija de un año, Khai, y ahora se encuentra en plena batalla judicial por su custodia, envuelta en un feo asunto de presuntas agresiones por parte del cantante a la madre de la modelo.
En medio de ese huracán emocional, que ha vuelto del revés la idílica vida de la californiana de 26 años, ella cumple con firmeza sus compromisos profesionales. Por ello aterrizó en Mallorca el miércoles en un jet privado, junto a su mánager Luiz Mattos, para dirigirse después al Castillo Hotel Son Vida, donde también se alojaron las otras compañeras de profesión que tomarían parte en el rodaje de un spot para una marca de moda. El mal tiempo sorprendió a los organizadores de la filmación, que habían escogido la playa de los militares, en Illetes, rodeada por medidas de seguridad sanitaria –todos fueron sometidos a pruebas PCR– para garantizar la salud de los participantes. Arropadas por gruesos abrigos de plumas, las modelos se cambiaron varias veces de atuendo para el anuncio, dirigido por Bardia Zeinali.
Diversidad
Algunas de las modelos que acompañaron a Hadid forman parte de la tendencia a ampliar los cánones de belleza más estrecho con la inclusión de mujeres diversas en cuanto a raza, talla o género. Las norteamericanas Precious Lee y Devyn García son famosas por su belleza en talla grande; la holandesa Jill Kortleve tampoco es una chica de talla 34, entra en el rango de «talla media»; mientras que Jazzelle Zanaughtti se define como «de género fluido» y su peculiar imagen incluye el pelo rapado y el rostro sin cejas. Todas ellas, y algunos más –el equipo de rodaje estaba integrado por unas doscientas personas–, se dieron cita ayer en Illetes para crear un universo colorido, de reminiscencias hippies y alegres, rebosante de juventud y descaro para una conocida multinacional de la moda prêt à porter.