Como tantos y tantos alemanes, el primer contacto de Charlotte Oehmke (Berlín, 1992) con Mallorca fue unas vacaciones con sus padres; en su caso en el hotel Iberostar Jardín del Sol de Santa Ponça. «Estuve diez días y me encantó. Lo primero que más me gustó fue el clima, tan diferente al de Alemania. Eso también es muy común entre mis compatriotas», explica la joven. De regreso a Berlín, estudió Turismo a la vez que trabajaba en un hotel de la capital y su inquietud le llevó a enrolarse en el America Holland Line, un crucero que durante seis meses da la vuelta al mundo. «Fue una gran experiencia pero basta hacerla una vez. A pesar de que apenas tenía 23 años, fue muy duro no tener ni un día libre». Una de las paradas fue en Palma y volvió a sentir una atracción especial por la Isla. «Regresé a Berlín y repetí vacaciones en el mismo hotel en 2016. Estando allí les dije medio en serio medio en broma si no necesitaban a nadie para trabajar y me dijeron que si quería podía empezar la semana siguiente». Así lo hizo y Charlotte trabajó toda la temporada hasta que el hotel cerró en octubre. «Por nada del mundo quería volver a Alemania y trabajé por mi cuenta en marketing durante unos meses». Durante una fiesta conoció a Chris, piloto de aviones privados, y comenzaron una relación sentimental. «Durante dos años estuve trabajando de azafata en los vuelos de mi pareja hasta que en 2018 me quedé embarazada».
Cambio
Charlotte tenía su cuenta personal de Instagram, pero tampoco le daba mucha importancia ni le dedicaba mucho tiempo, hasta que el año pasado, cuando el pequeño James ya tenía 2 años, decidió darle un mayor realce. «Comencé a mostrar los mejor lugares de Mallorca tanto en paisajes como bares, restaurantes, pero también puse el foco en que Mallorca es un destino ideal para venir con niños pequeños, así que también introduje fotos e información sobre ello». Charlotte vio cómo los seguidores de su página Mallorcamitkind (Mallorca con niños) comenzaban a crecer de forma exponencial hasta los casi 60.000 seguidores en la actualidad. «Cada día recibo una media de cien mensajes de alemanes, pero también de otros países de habla germana, como suizos, luxemburgueses o austríacos, que me plantean sus preguntas y dudas». Charlotte ha comprobado que en la actualidad hay dos tipos principales de preguntas. «Por un lado están quienes vienen de vacaciones y quieren saber mi opinión acerca de cuáles son y dónde están las mejores playas, restaurantes o lugares ‘secretos' que haya descubierto y, por otro lado, están los interesados en venir a vivir a Mallorca que quieren que les explique las mejores zonas, precios... Pero antes de eso les digo que Mallorca no es Alemania y que es muy importante que intenten comprender el carácter de los isleños».
Charlotte realiza esta labor de forma totalmente altruista. «A veces me siento bastante decepcionada porque una vez resueltas las dudas o realizadas las gestiones, ni tan siquiera me han dado las gracias». Por contra, también hay no pocos seguidores que quieren quedar con ella, pero ella tampoco lo hace. «Alguna vez me han reconocido por la calle y, bueno, pues ya está, pero soy un poco vergonzosa»
Para ofrecer un mejor servicio, ella intenta realizar visitas por la Isla dos o tres veces por semana a lugares que aún no conoce o a otros que ya visitó pero quiere ver si han cambiado.
Uno de los aspectos que más destacan en su página son los vídeos en los que aborda, con música, diferentes cuestiones, como por ejemplo, las diferencias entre Alemania y España. El último de ellos hacía referencia a la diferencia de precio entre lo que se cobra por una hora trabajada en Alemania respecto a España. «Allí los salarios son más altos, pero también lo es el nivel de vida, aunque Palma no sea una ciudad barata, precisamente».
Uno de los aspectos que más valora Charlotte es el poder organizar su ‘trabajo' según le venga mejor. «Yo soy mi jefa y, hoy por hoy, me compensa esta libertad, que no tener un horario y me paguen un sueldo, aunque tenga que estar contestando preguntas a las 11 de la noche».
El apunte
«No me planteo volver a Alemania»
Chris, la pareja de Charlotte, es inglés. Se llevan casi 20 años y su relación comenzó con un flechazo total. Al principio vivían en un quinto piso sin ascensor en la calle Colón, pero cuando nació James se cambiaron alPortitxol donde es más cómoda la vida con un niño pequeño. «Estamos encantados de vivir en Mallorca y no me planteo volver a Alemania, donde viajo un par de veces al año para ver a mi familia y amigos. Como me ven feliz, ellos están felices también», dice Charlotte.