A nada que se controle al coronavirus, se irá levantado el estado de alarma que estamos viviendo y –suponemos– de forma escalonada, la gente podrá abandonar sus domicilios y reanudar su vida ordinaria. Aunque nada será lo mismo que antes del inicio del confinamiento.
Qué duda cabe de que saldremos más fuertes, y puede que algo más unidos de lo que estábamos, pero el día a día será distinto, sobre todo el día a día laboral.
Volver a la normalización
Jesús Sánchez, presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento, A.B.O.N.E., y Fofo Robledo, presidente de Restauración, nos dan su punto de vista al respecto: «Por supuesto que hay miles de dudas entre los empresarios del ocio nocturno y el entretenimiento –afirma Sánchez–. Además, preocupa que no se lleguen a aligerar los mecanismos que puedan dar liquidez a las empresas, y que existan importantes dudas respecto a la tramitación de los ERTES».
Y a continuación enumera algunas fórmulas encaminadas a conseguir a medio plazo la normalización: «Si la losa para poder abrir de nuevo es demasiado pesada, lo cual puede favorecer la desaparición definitiva de empresas, es imprescindible diseñar un plan estratégico específico para Baleares, y para su principal motor económico, que pueda garantizar el inicio cuanto antes de la recuperación. Para ello –sigue exponiendo– hay que tomar medidas tributarias y fiscales que no solo sean aplazamientos a medio y largo plazo, sino que se deben condonar de manera definitiva a fin de suavizar de nuevo el arranque en condiciones viables para las empresas». Y apostilla: «Como somos conscientes de la dificultad de la situación, de la que nuestro sector será uno de los más afectados, reclamamos una sensibilidad especial hacia nuestro colectivo».
Y, pese a todo, Sánchez ve esperanza: «Saldremos fortalecidos y con la mejor de las ofertas que se deberá adaptar a los nuevos hábitos de una sociedad golpeada por esta situación. Seguramente, lo haremos más tarde que otros sectores vinculados a la actividad y oferta turística, pero estamos acostumbrados a superar muchos momentos de dificultad. Por tanto, las zonas de gran afluencia turística, ahora desiertas, volverán a revivir sus momentos de gloria gracias al empuje empresarial y del colectivo de trabajadores y trabajadoras que consiguen, temporada tras temporada, fidelizar a los miles de turistas que nos visitan», eso sin olvidar «que será imprescindible que un nuevo escenario contemple soluciones a los errores cometidos y que las administraciones sean conscientes de que existen unas reglas que deben aplicar por el bien de todos».
Potenciar el turismo español
Por su parte, Fofo Robledo, presidente de Restauración, tiene también las cosas muy claras respecto al futuro que le espera al sector. «Por supuesto que estamos muy preocupados, y más si no vienen turistas. ¿Que por qué? Porque nosotros estamos preparados para servir una estructura de 20 millones de turistas al año, por lo que, con solo los residentes no nos basta.
Somos demasiados para la gente de aquí que quiera nuestros servicios. Por eso, si los políticos –añade– creen que cuando la gente pueda salir a la calle y hacer vida, digamos normal, nosotros, restauración, estaremos bien, se equivocan, puesto que las pérdidas van a ser muy grandes para el sector. Por eso, los grandes no quieren abrir tal y como prevén que serán las cosas».
Por otra parte, Robledo señala que «para que podamos echar a andar es imprescindible que el gobierno, municipal, autonómico y nacional, nos quite durante muchos meses los impuestos, porque sin gente, y encima mucha de ella, ya bien en el paro, ya bien con el ERTE a cuestas, que así ¡a ver quién tiene ganas de salir!, y si no sale, ¿cómo trabajamos los del sector? Pues imagínense si encima hemos de pagar impuestos… ¿Quién querrá abrir…? Y apunta, «otra de las soluciones, en vista de que, como pienso, no va a venir mucho turismo extranjero, hay que apostar, de una vez por todas, por el turismo nacional. Traerlo a la Isla a través de campañas que digan que Balearses el destino más seguro de Europa, ya que al ser isla, la llegada de turistas, por barco o por avión, es fácil de controlar».
Y en cuanto a las medidas de reducir el aforo de los locales por aquello de seguir manteniendo las distancias entre las personas, dice que «me parece muy bien que se haga como medida contra un posible contagio… Pero eso será posible siempre y cuando haya gente que acuda a restaurantes, bares, teatros, discotecas… Y si encima tenemos el 50 % de clientes por cuestiones de prevención, que también nos dejen tener el 50 % de personal y que el resto se vaya el paro hasta que esto se solucione».