En 1991 en un glaciar situado en la frontera de Austria con Italia se encontró el cadáver congelado de un cazador neolítico de hace unos 5.300 años, a quien se le llamó Ötzi, y que tenía la espalda y las rodillas tatuadas. Éste es el primer ejemplo encontrado de una persona con mensajes y dibujos en su piel, una práctica muy empleada en diferentes culturas, aunque también prohibida en otras.
Pau Navarro y su pareja, Ariadna Salvador, cocinero y repostera del restaurante Clandestí, son dos apasionados de los tatuajes. Pau, incluso, llegó a ser tatuador. «Luego vi que se me daba mejor la cocina y lo dejé, pero tatué a muchos amigos». El primero que se hizo, con 17 años, fue una tela de araña roja. «Me gusta el estilo de la vieja escuela, más duro, con trazos muy marcados y poco color». Todos tienen mensaje: hay uno de un trinxet, olivas y guindillas. Y ambos se hicieron el mismo tatuaje en la nuca con un cuchillo y una batidora como símbolos de sus respectivos trabajos. Quizás el más ‘extraño' es el del escudo de Palma en el pecho. Los de Ariadna, que se hizo el primero con sólo 14 años, son mucho más coloristas, entre los que destaca el de homenaje a su abuela, con quien se crió.
Siguiendo con el mundo de la cocina, Marga Coll, del restaurante Miceli, cuenta que tiene tres tatuajes, pero sólo muestra uno. «Los otros dos son muy privados», se excusa. El que muestra es el tercero y último. «Me tatué en el antebrazo derecho la frase Querer es poder porque la considero mi filosofía. Me lo hice al cumplir 40 años. Lo de los tatuajes es algo que engancha, pero no me gusta que se vean mucho».
Carlos Moyà, extenista y actualmente entrenador de Rafa Nadal, se tatuó un delfín en el brazo derecho. «En ese momento, 1999, era mi animal favorito y una época dura en que estuve lesionado. Lo hice para recordar esos tiempos y, una vez que saliera adelante, recordar que las cosas fueron difíciles», confiesa.
La nadadora mallorquina Melani Costa explica: «Cuando fui a los Juegos Olímpicos de 2008 me quería hacer un tatuaje con los aros olímpicos, como muchos deportistas que han ido a los juegos, pero no sabía en qué parte del cuerpo. Finalmente en 2012 me tatué los aros en la muñeca y me puse los nombres Londres y Pekín. Me haría mucha ilusión el poder añadir el nombre de Tokio el año que viene...
Para el actor y componente del popular grupo Diabéticas Aceleradas Pep Noguera, su tatuaje en la ingle tiene un significado muy especial. «Me lo hice en el año 1998 por la muerte de mi padre y con el cambio de Madrid a Mallorca para iniciar una nueva etapa en mi vida. Es un corazón de una joya que me regalaron mis amigos».
La actriz mallorquina Lara Martorell, quien triunfa en la pequeña pantalla con la serie Servir y proteger, de TVE, luce en su hombro y brazo «unas manchas de leopardo que significan la fuerza y el poder de la sensualidad».
Vicky Serra tiene tres tatuajes. «Tengo una estrella victoriana de ocho puntos, mi número favorito. Una frase en la columna vertebral de la espalda después de aprobar la oposición y otra en la costilla de la izquierda, con la fecha del nacimiento de mi hija».
La presentadora y cantante Victoria Maldi tiene dos tatuajes. Luce una clave de Sol en su tobillo derecho y la palabra Slow life en su muñeca izquierda.
■ 7 consejos a la hora de tatuarse la piel