Uno de los veleros más bellos del mundo, el buque escuela noruego Christian Radich, llegó este jueves al puerto de Palma al mando del capitan Fridtjof Jungeling, donde embarca a 30 pasajeros en un crucero con enseñanza náutica de una semana de duración. Con capacidad para 88 pasajeros, ofrece a bordo una experiencia singular para los amantes de la navegación a la vieja usanza, en un viaje de ida y vuelta a Cerdeña que permite conocer en vivo uno de los iconos de la vela clásica.
Construido en 1937 y aparejado de fragata, su estampa evoca la época romántica de la vela en su más genuina acepción. A bordo, en un ambiente digno de un museo, el tiempo parece haberse detenido en una época en la que el viento determinaba la navegación. Sus tres mástiles con 27 velas que suman 1.360.metros cuadrados le permiten alcanzar los 14 nudos, una respetable velocidad para un buque de este tipo. Con una eslora de 62 metros (73 con el bauprés) desplaza 1.050 toneladas y la arboladura alcanza una altura de más de 37 metros. Su presencia en las más prestigiosas regatas para grandes veleros como la Tall Ship Race, en la que resultó ganador en 2010, le confiere un lugar prominente del patrimonio naval de Noruega. En 1958 protagonizó la película Windjammer y en 1976 participó en la parada del bicentenario de la independencia de EEUU.