Desde muy pequeño, Mario Alfonso (Palma, 1986) ha tenido una vena artística que no ha sacado a relucir hasta hace año y medio. «Por una parte, no encontraba un personaje que me cuadrara alejado de los tópicos de los drag queens y además trabajaba en McDonald's y no tenía tiempo para nada». Mario abandonó el mundo del fast food y se adentró en el del mercado colaborativo a través de la Fundació Deixalles de Inca, donde trabaja en el taller de donaciones y en atención al público. Este lunes dejó por unas horas su labor y se transformó en Candy Kane para realizar un show en la tienda de la Fundació Deixalles en la calle Blanquerna, de Palma.
Durante su actuación reivindicativa realizó una versión del famoso Rehab de Amy Winehouse en la que animó a los ciudadanos a participar en prácticas económicas transformadoras y sostenibles.
Miedo escénico
Candy Kane cantó también The Best, de Tina Turner, y explicó las diferentes actividades que lleva realizando la Fundació Deixalles desde hace 33 años. «Poco a poco voy venciendo al miedo escénico. Fue clave participar en la primera edición de Got Talent con el Mallorca Gay Men's Chorus. Luego también estuve en Factor X con otras dos compañeras (Mario habla en femenino cuando se refiere a su alter ego Candy Kane), pero no nos fue bien, y también salí en el programa Adivina qué hago esta noche en el que salí en un tributo a Amy Winehouse por el que me pagaron el viaje, un hotel de 5 estrellas y 150 euros».
Antonio (o Candy) tiene pareja, David, con el que lleva 16 años. «Él lleva muy bien mi faceta de artista». De hecho, ayer le ayudaba con el equipo técnico antes de la actuación. Antonio nunca se ha sentido a disgusto en su cuerpo. «Nunca se me ha pasado por la cabeza cambiarme de sexo, pero naturalmente que respeto a quien lo haga. En mis espectáculos siempre hago una defensa de las mujeres curvys o de las que tienen poco pecho».
Respecto a la situación del colectivo LGTBI, se muestra satisfecho con la situación que se vive en Mallorca. «Se está trabajando muy bien y se está avanzando mucho, pero el pasado fin de semana estuve en Barcelona y no me insultaron, pero sí que oí comentarios maleducados».