Mario Conde ha pasado el fin de semana «en casa de mi amigo Domenech». Este lunes, temprano, regresó a Madrid, por lo que hablamos con el exbanquero en el aeropuerto». Fue una entrevista rápida, en torno a la actualidad.
¿Cómo le está yendo?
— Ahora, bien, pero en los tres últimos años he estado muy ocupado, como es natural, hasta que he conseguido la absolución completa, la de mis hijos y mía, lo cual ha sido costoso en cuanto a tiempo y... Pues que ahora lo que estoy procurando es vivir. Porque llevo 25 años muy complicados en mi vida, paso mucho tiempo en el campo de Sevilla y básicamente estoy retirado, por decirlo de algún modo, aunque me ocupo de algunos negocios, pero muy poco.
¿Ha dejado la política?
— Totalmente, y más viendo cómo está el patio. Porque realmente el país está en una situación... pues bastante complicada, ¿no? Parece ser que vamos a tener un gobierno con ministros de Podemos, y eso está generando mucha inquietud en mucha gente, como es natural.
Inquietud, ¿en qué sentido?
— ¡Hombre...! Pues porque las posiciones extremas en España siempre generan inquietud, ¿no? y Podemos parece que tiene una ideología más a la izquierda que el PSOE. Por otra parte, hay mucha gente que no entiende la posición de Ciudadanos, que ha excluido al PSOE cuando se podía haber formado un gobierno más tranquilo. Por ello, la gente esta inquieta por lo que pueda pasar, como subidas de impuestos, aumento del gasto público... A todo ello sumemos que la situación en Europa tampoco está demasiadoclara. Con el Brexit, con la posición de Italia... En fin, que Europa, y nosotros, creo que ahora vivimos un momento bastante delicado.
¿Qué le ha parecido la irrupción de Vox en la política española?
— Vox es un partido que se ha nutrido básicamente de votantes del PP, y creo que está vendiendo coherencia. Es decir, a ti te puede gustar, o no, lo que dice, pero hay un convencimiento de que lo que dice lo va a hacer. Y últimamente está en unas posiciones complicadas porque hay otros partidos que le excluyen. Cosa que tampoco entiendo, pues la democracia consiste en aceptar lo que la gente vote. Luego, te gustará o no, pero cuando excluyes un partido, como es el caso de Ciudadanos al PSOE, o a Vox, en realidad estás excluyendo a los votantes, que son millones de personas que han ejercido su derecho a votar, y que tienen derecho a pensar de la manera que quieran y... Bueno, pues que una cosa es que no estés de acuerdo, pero esas exclusiones en política, en un modelo democrático, no son muy coherentes.
En cuanto a la Mallorca floreciente de aquellos años, ¿qué recuerdos guarda?
— Tengan en cuenta que yo vine aquí en 1974, y aquella Mallorca no se parece en nada a la actual. Yo he vivido aquí muy gusto, y mi mujer, Lourdes, consideraba Mallorca como su segunda patria. Igual que yo. Es más, lo mejores años de mi vida los he pasado aquí. Ahora ha explotado el turismo, lo cual tiene una serie de ventajas e inconvenientes.
¿Qué opina de la campaña contra extranjeros y trasatlánticos que hacen determinados grupos?
— Mallorca, por ser una isla, tiene unas capacidades limitadas. Yo comprendo que toda la gente quiera venir a Mallorca porque es maravillosa. El problema está en las infraestructuras. ¿Se puede limitar el turismo? Conceptualmente, se puede limitar, pero a la hora de la verdad no va a ser tan fácil porque no puedes excluir a la gente de poder viajar. Por ello, el gobierno tendrá que tomar medidas desde el punto de vista de infraestructuras y saneamiento, si se quiere reducir el número de turistas.