Se llama Antón Cortés Marín, nació en Palma hace 11 años y desde hace tres toca el piano. Nunca imaginó que lo tocaría, pues no había estudiado solfeo ni tampoco le atraía mucho la música. Pero así son las cosas. El pasado domingo estuvo en Viva la vida, de Tele5, donde fue presentado como el Mozart mallorquín. Tocó la pieza Orobroy, de David Peña Dorantes, dejando al auditorio perplejo.
Este viernes hablamos con Antón. Nos comentó que vive en Son Ferriol. Y que, pese a lo bien que se le dan las cosas de la música, su ilusión es ser policía. Sin embargo, sigue con las clases, tocando a diario el piano de cola que le ha alquilado su padre. El ‘descubrimiento' de su don tuvo lugar hace tres años, cuando su madre se encontró un teclado junto a un contenedor de basura en s'Hostalet. «Y lo trajo a casa. La verdad es que yo jamás había tocado ninguno. Es más, creo que no se me había pasado por la cabeza». Lo cierto es que un día, tras haber escuchado una pieza de Mozart, se puso a tocarla en el teclado… ¡y le salió!, como si fuera un virtuoso. Y la tocó de oído. Y la fue perfeccionando, «haciéndose con ella, que es como ha hecho con las demás. Sin prisas, hasta que se las aprende», nos comenta su padre, que pese al tiempo transcurrido no termina de creérselo. «A raíz de ahí, mi padre me compró un piano digital. Luego, uno acústico, y ahora ha alquilado uno de cola, que es con el que toco».
Antón ganó una concurso de piano, Mallorca Talent 2017, que organizó Musicasa en la Sala Dante, al que se presentaron –recuerda su padre– «algunos alumnos del Conservatorio. Y lo ganó tocando de oído Divenire, de Ludovico Einaudi, pieza que preparó él solo, por partes. Y a partir de ahí, empezó a ir a la escuela de Musicasa y luego a la de Musicalem. Ahora tendrá clases con un profesor en casa». Respecto a la música que más le gusta, afirma que «clásico y flamenco. Y de entre los clásicos, Mozart, Chopin, Debussy… Y de flamenco, Paco de Lucía, entre otros».