Las redes sociales proveen de todo tipo de temas, especialmente de curiosidades y rarezas de todo tipo. En esta categoría podríamos ubicar una de las últimas sensaciones virales que están recorriendo Internet: la niña de comunión con la bolsa en la cabeza.
Pongámonos en antecedentes. Algún miembro de alguna familia, después de que su amada hija tomara la primera comunión pensó: «Y ahora, ¿qué hago yo con el vestido?». No es muy versátil, no es apto para ponérselo un domingo cualquiera, y mucho menos para ir a jugar al parque. Por tanto caben dos opciones: o lo guardamos a buen recaudo para que dentro de muchos muchos años alguien lo desempolve, o bien nos deshacemos de él.
Y ya que nos deshacemos de él, por qué no intentar sacar algún rédito económico. Dit i fet, como decimos los mallorquines. Los orgullosos padres se deciden a poner a la venta el vestido blanco e impoluto de la primera comunión de la niña en una de esas plataformas que se han puesto últimamente de moda y que permiten conectar a alguien interesado en vender un producto u objeto con aquel ávido de adquirirlo.
Ni cortos ni perezosos se informan de la forma de proceder y se ponen manos a la obra. «Niña, ponte el vestido para que los señores que lo comprarán vean qué bien conservado está», debió decirle uno de los avispados progenitores, que en algún sitio habrá oído que no es buena idea difundir la imagen de los niños en Internet.
He aquí el dilema. Entonces, ¿cómo lo hacemos? Y el ingenio afloró. Resultado: ha nacido una estrella; la niña de la bolsa en la cabeza resalta imparable entre la legión de memes y bromas que día tras día llenan las redes sociales.
Dónde quedará eso de que no se juega con una bolsa en la cabeza. Todo sea por la ?pasta?.