Ante todo, vaya nuestra enhorabuena a Malena Costa y a Mario Suárez. Desde el viernes pasado, son marido y mujer. ¿Les contamos como sucedió? Pues miren. Por lo visto, Mario había convocado a unas cincuenta personas en la terraza del Mood (a la vera de Marineland, un precioso lugar, por cierto) para el viernes -el pasado- al atardecer, entre las que se encontraban los padres de ella y sus padres.
Uno de los invitados nos cuenta que le había dicho que quería dar una sorpresa a Malena. Bien. Cuando todos ya estaban en la terraza, aparecen Mario y Malena, ambos de blanco, y ella con los ojos vendados (de la niña se ocupaba su hermana). ¡Sorpresa! le gritaron todos cuando la tuvieron enfrente, tras quitarse la venda de los ojos. Pero, sí, sí, sorpresa...
¡La sorpresa se la llevaron todos! Sí, sobre todo cuando Mario les invitó a bajar hasta la playa, encontrándose con un altar, muchas flores y sillas. Y al notario Delgado. Y por detrás de ellos, el sol, camino del frondoso ocaso. Es decir, marco más bello, imposible y... Pues que se casaron. Aunque a decir verdad, no sabemos si se casaron ahí, o si se habían casado por la mañana y ahí solo hicieron el simulacro, pero, ¡que más da! Ya son marido y mujer.
Tras la ceremonia, regresaron a la terraza del Mood, que el novio había cerrado para ellos solos, y cenaron, bebieron, bailaron... Dicen que el padre de ella, Gerardo, que en sus mocedades fue DJ, pinchó música con el residente del establecimiento y... Pues, ¡que seáis muy felices, pareja!