¡Daniel, ten cuidado! ¡Lucía, no hagas eso! Son posiblemente algunos de los gritos más repetidos por los padres españoles en el último lustro, en el que ambos nombres son los preferidos para llamar a los niños y niñas nacidos entre 2010 y 2015.
De los masculinos, al nombre de Daniel (31.494) le siguen los de Hugo (30.748), Alejandro (29.064) y Pablo (28.223), mientras que Lucía (33.740), María (30.513), Paula (28.342) y Daniela (24.002) son los preferidos para las recién nacidas.
Así lo indican los datos sobre los apellidos y nombres más frecuentes, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Lejos quedan los Josés, Antonios o Franciscos, tan comunes antes de la década de los 70, sobrepasados ahora por nombres más novedosos como Iker e Izan.
De igual manera, los tradicionales Josefa, Dolores o Concepción se ven borrados de la lista por las Saras y Carlas, posiblemente porque estos nombres no tienen connotaciones.
En cuanto a comunidades autónomas, estos patrones se repiten en la mayoría de ellas, excepto en las que tienen lengua propia: entre los catalano-parlantes resaltan Marc y Pau (algo tendrán que ver los hermanos Gasol), mientras que en el País Vasco son más frecuentes los Markel, Jon y Ane.
Marc (168) y Martina (113) son los nombres más frecuentes que se pusieron en Baleares a los recién nacidos en 2015. En los últimos años, Marc se ha mantenido como el nombre preferido por los padres para sus hijos. En cambio, el nombre de las niñas ha pasado de Paula (2012), a María (2013), a Carla (2014) y, finalmente, a Martina (2015).
En cuanto al total de la población en las Islas, María y Antonio siguen siendo los nombres más comunes, cuya media de edad son los 48,8 años y los 55 años, respectivamente.
Sin embargo, en el cómputo total de españoles, son los nombres clásicos los que continúan como más repetidos, debido al gran descenso de la natalidad, que hace que los nuevos nacimientos supongan un pequeño porcentaje del global, y al aumento de la esperanza de vida, que provoca que las denominaciones tan comunes a mitad del siglo pasado sigan contabilizando.
Así, en España, treinta de cada mil hombres se llaman Antonio y veintiocho de cada mil mujeres responden al nombre de María del Carmen.
Otros más antiguos, como Tiburcio, Emerenciano, Fortuna o Aureliana, están en progresiva desaparición: ya se cuentan sus supervivientes en unas pocas centenas y su edad media ronda los 70 años, pues los padres actuales no escogen estos nombres y no existe relevo generacional.
La incorporación a la sociedad española de ciudadanos de otros países hace que, aún entre los menos comunes, aparezcan nombres como Ziyi, Yunfei, Elguja, William o Flabian, que sólo tienen veinte chicos, o Yusmila, Zanna, Zoiharte, Urania o Tsetska, al que responden veinte chicas.