Fiebre por Pokémon Go en el centro de Palma: unas 400 personas se reunieron este sábado en s'Hort del Rei en la primera ‘Pokekedada' de la historia de este videojuego en Mallorca. Jóvenes de todas las edades (los más precoces tenían 9 años y los mayores superaban la treintena) pasaron una tarde entretenida en la que, aparte de capturar personajes, aprovecharon para conocerse entre sí y encontrar gente con sus mismas aficiones.
Alba, Pablo y Adrián son tres amigos que no se despegan del móvil. Alba tiene 24 años y trabaja de camarera. Opina que el juego es «una pasada» aunque considera que «tendríamos que poder entrenar (subir los ‘pokémons' de nivel con batallas) o pelear entre nosotros, como en los anteriores videojuegos. Creo que lo acabarán añadiendo porque ganará mucho».
Pablo, por su parte, piensa que «lo mejor del juego es que te obliga a caminar y así haces ejercicio y conoces zonas y edificios de la ciudad en los que nunca has estado. Añade que «este juego te devuelve a tu infancia». Adrián es el que más crítico se muestra con Pokémon Go. «Es increíble que nos movilicemos por esto y no por cosas realmente importantes, aunque soy el primero que está jugando» reconoce. Antes de despedirnos, nos cuenta una anécdota: «Ayer, en el Parc de ses Estacions, vimos a una pareja de unos 40 años. Los dos estaban jugando a Pokémon Go. Ella lo hacía mientras empujaba un carrito. Me quedé flipado». El joven no es el único que ‘alucina' con los efectos de esta nueva moda. Una chica de unos veinte años nos para y nos pregunta porqué hay tanta gente. Le explicamos el motivo y suelta una sonora carcajada. «Esto es muy heavy», exclama entre risas.