El Congreso aprobó ayer la ley de adopción internacional, que recoge el derecho de los adoptados a conocer su origen biológico y que finalmente acaba con la potestad de los padres de «corregir razonable y moderadamente» a sus hijos.
La modificación del artículo 154 del Código Civil sobre el ejercicio de la patria potestad centró el debate en torno al proyecto legislativo. Tanto PP como Convergencia i Unió (CiU) y PNV defendieron que la actual redacción de este precepto en ningún caso implica amparar los malos tratos sino permitir que los padres y tutores legales puedan seguir amonestando o reprendiendo a sus hijos de manera sensata.
En sentido contrario, PSOE, IU-ICV, ERC y BNG han recordado la recomendación de la Convención sobre los Derechos del Niño para que el Gobierno español suprimiera esa facultad de los progenitores de corregir «razonable y moderadamente» a los menores.
Finalmente, los artículos modificados por la ley de adopción en esta materia (el 154 relativo a padres y el 268 sobre tutores) queda de la siguiente manera: «la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica». «Esta potestad comprende los siguientes deberes y facultades: velar por ellos, tenerlos en su compañía, educarlos, procurarles una formación integral y representar y administrar sus bienes. Si los hijos tuvieran suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten. Los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad».
Respecto al resto del articulado, la mayoría del arco parlamentario lo apoyó en líneas generales porque implica un avance en la agilización, transparencia y control de los procesos de adopción internacional, en palabras de sus portavoces.