El Gobierno afirmaba ayer su «decepción» ante el paso atrás dado por la Iglesia sobre el uso del preservativo al recordar que el sida es como si se produjera un tsunami cada semana al tiempo que Fraga afirmaba que nunca había utilizado el condón y moriría sin usarlo, Rajoy pedía respeto y el dirigente del PSOE, Pedro Zerolo, animaba a abrir diligencias.
Desde el Ejecutivo, la ministra de Sanidad, Elena Salgado apuntaba que las manifestaciones de la Conferencia Episcopal eran «consideraciones morales que quieren servir de orientación a sus fieles», pero que «no pueden sustituir a las argumentaciones de los científicos y la OMS».
Salgado señalaba además que le gustaría que hubiera un paso hacia adelante en esta cuestión por parte de la Iglesia y, que, como parte de la sociedad, se sentía «un poco decepcionada».La ministra se refería así a la rectificación del portavoz de la Conferencia Episcopal quien se declaró el martes a favor del uso del condón en un contexto de combate al sida, y el miércoles rectificaba y lo calificaba de «inmoral».
También el ministro de Defensa, José Bono, lamentaba el paso atrás al afirmar que la posición de la Conferencia Episcopal sobre el uso del preservativo «no está con los tiempos» y es «más propia del Concilio de Trento que del Vaticano II».
Bono confesaba que la jerarquía católica le había decepcionado y aseguraba que en relación con los temas sexuales la Iglesia está muy anticuada.
Desde la filas del PP, el secretario general, Mariano Rajoy, afirmaba que la Iglesia católica tenía «perfecto derecho» a defender sus posiciones.
El líder del PP decía concretamente que en un país como el nuestro, en el que hay libertad religiosa, la Iglesia católica tiene «perfecto derecho» como la que tienen otras a defender sus posiciones.