AGENCIAS-RUSIA
El submarino nuclear ruso hundido el sábado en el mar de Barents,
causando nueve muertos y recordando el drama del «Kursk», fue
localizado a 238 metros de profundidad, indicó ayer la agencia
Interfax, que cita al ministro ruso de Defensa Sergei Ivanov.
Según Interfax, el ministro, que habló a bordo del crucero «Marshal Ustinov» y citó a equipos de rescate, dijo que «el submarino reposa horizontalmente».
Las operaciones de rescate continuarán «para preparar una operación destinada a subir a la superficie al submarino y a los siete miembros de la tripulación que estaban a bordo», agregó.
Por otra parte, las banderas de la flota de guerra rusa ondearon ayer a media asta en duelo por la muerte de nueve marinos en el naufragio del submarino nuclear «K-159», la última tragedia que sufre una Armada marcada por la desidia y la negligencia.
En todo el país, desde el Pacífico al Artico, todas las unidades de la Armada rusa recordaron a los marinos muertos en el «K-159» y sus comandantes se aprestaron a encarar el temporal que se les viene encima, esta vez no desde alta mar sino de los pasillos del Kremlin.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Ivanov, enviado al mar de Barents expresamente por el presidente, Vladímir Putin, navegó hasta el lugar del naufragio del «K-159» y, tras rendir homenaje a los ahogados, citó los males que provocaron el accidente y que constituyen el cáncer de las Fuerzas Armadas rusas. «Aquí, de nuevo, se ha puesto de manifiesto el hábito ruso de confiar en la mera suerte y pensar que todo va a salir bien» aunque no se cumplan las normas mínimas de seguridad, dijo el ministro a bordo del crucero «Mariscal Ustínov». A todo esto los ecologistas advierten que no se puede garantizar el cierre hermético de los reactores.