La compañía aérea francesa pondrá fin hoy a 27 años de explotación comercial de sus Concorde con un último vuelo desde Nueva York hasta París. Ésta será la última vez que los clientes de la aerolínea podrán cruzar el Atlántico a la velocidad del sonido, si bien quienes lo deseen podrán seguir haciéndolo durante algunos meses en los aparatos que British Airways mantendrá en vuelo hasta octubre próximo. Terminan así 27 años de vuelos supersónicos de París y Londres a Nueva York, salpicados de incidentes técnicos y ensombrecidos por el accidente de un Concorde de Air France nada más despegar del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle.
El último vuelo del Concorde será el AF001, que saldrá a las 8.00 de hoy (hora local) del aeropuerto JFK de Nueva York con destino a París, donde llegará al aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle a las 17.45 de la tarde, tras tres horas y cuarenta y cinco minutos de vuelo. El fin de los vuelos comerciales del Concorde fue anunciado el pasado 10 de abril por ambas compañías, que han decidido mantener en tierra definitivamente al avión supersónico por el fuerte aumento de sus costes de mantenimiento.
La demanda también ha descendido de forma importante tras el accidente sufrido en julio de 2000, en el que murieron 113 personas cuando un aparato se estrelló en la localidad de Gonesse poco después de despegar del aeropuerto parisino de Roissy. El aparato no volvió a volar hasta el 7 de noviembre de 2001, tras unas mejoras. En memoria de las víctimas de este trágico acontecimiento, Air France construirá un monumento que quedará expuesto a partir del 25 de julio, día en que se produjo el accidente, en las cercanías del lugar del siniestro.
El Concorde nunca fue rentable para ninguna de las dos compañías, que lo mantenían en vuelo más por el prestigio que les suponía ser las únicas que podían atravesar el Atlántico a la velocidad del sonido que por los posibles beneficios económicos. De hecho, el presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, indicó que la retirada de estos aparatos supondrá a la compañía un ahorro de entre 30 y 50 millones de euros anuales.