La declaración final, bajo el título «El Mundo mejor para los Niños», fue adoptada al final de tres días de debates y negociaciones después de que los participantes lograran un compromiso sobre los puntos más conflictivos, sexo y especialmente sobre el aborto.
La directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Carol Bellamy, declaró ayer que estaba «enormemente orgullosa y agradecida» por los logros obtenidos, y consideró que si los líderes cumplen sus promesas se puede lograr «un enorme cambio positivo» en el mundo de la infancia en menos de una generación.
Calificado de documento «enérgico» por la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Carol Bellamy, el texto contempla cuatro ejes fundamentales destinados a mejorar la calidad de vida de los menores, su educación, protegerles contra la violencia, y apartar de ellos el sida y otras enfermedades mundiales.
Han sido tres días de negociaciones intensas y de debates en los que se ha escuchado la voz de muchos adultos y también de los más jóvenes, no siempre para complacer las teorías de los mayores. «Nosotros no somos un gasto, somos una inversión», proclamó Audrey Cheynut, una joven de Mónaco de 17 años, cuya declaración se ha convertido en un lema repetido por los propios mandatarios. Un total de 60 jefes de Estado, 2.656 delegados, cientos de comparecencias en el plenario de la asamblea, cientos de debates, encuentros y mesas redondas, han proporcionado una ferviente actividad a la ONU en esta sesión especial sobre la Infancia.
El encuentro, heredero de la Declaración de los Derechos del Niños y de la Cumbre del Milenio, de 2001, ha servido para evaluar el cumplimiento de los acuerdos previos y las metas previstas para el año 2015. Por otra parte la Unión Europea (UE) expresó ayer su «gran satisfacción» por el acuerdo conseguido para una declaración final de la Asamblea General de la ONU sobre la Infancia por estimar que «favorece los derechos de los niños del mundo».