Rusia lanzó y puso ayer en órbita polar dos satélites germano-norteamericanos de investigación, en un proyecto internacional para medir la fuerza de gravedad terrestre y el cambio climático. Un cohete ruso ligero Rokot con los dos satélites, bautizados con los nombres de «Tom» y «Jerry», fue lanzado desde el cosmódromo de Plesetsk, al norte de Moscú, a las 12.21 hora local (9.21 gmt). Una hora y veinte minutos después, a las 13.41 (10.41 gmt), los dos satélites del programa Grace quedaron situados en sendas órbitas circulares sobre el Polo Norte a 500 kilómetros de altura, según informaron las Fuerzas Espaciales de Rusia.
El nombre del proyecto Grace, en el que participan la NASA y la Agencia Espacial de Alemania, se corresponde con la sigla en inglés de Experimento de Recuperación de Gravedad y Clima. «Tom» y «Jerry» medirán cada 30 días durante cinco años el cambio de masa de agua en la Tierra por la evaporación y sus efectos en la fuerza de gravedad del planeta. Durante sus 16 órbitas diarias, los satélites medirán cualquier cambio en la densidad y niveles del agua terrestre, por mínimo que sea, con objeto de ir confeccionando un «mapa de la gravedad».
Los satélites, de 500 kilos de peso, fueron construidos por la compañía alemana Astrium, según la agencia rusa Ria-Novosti. El año pasado, las fuerzas espaciales rusas pusieron en órbita 32 satélites, civiles y militares.