El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, abogó ayer por que la integración de los inmigrantes en Europa se realice preservando la «identidad» propia del Viejo Continente y sin permitir que los extranjeros actuén como «topos» (en el sentido de guetos, o grupos aislados) en el país de acogida. Asimismo, se mostró partidario de actuar «sin complacencias» a la hora de exigir que los colectivos inmigrantes aprendan la lengua y la cultura de sus países de residencia. Pujol afirmó que la integración es la mejor vía para que los hijos de los inmigrantes puedan «ascender socialmente» y rechazó cualquier sistema compartimentado que recuerde al «apartheid».
El presidente catalán eludió entrar en el debate sobre la multiculturalidad y dijo que los extranjeros deben «incorporarse a la continuidad histórica» del país en que residen, siguiendo el modelo de Estados Unidos, «donde todos se sienten norteamericanos». Pujol afirmó que los europeos no deben tener «complejo de inferioridad» a la hora de reclamar a los inmigrantes que aprendan la lengua del país en que residen. «No podemos tirar a la basura nuestra identidad», dijo.