Estos son algunos de los datos reveladores que se desprenden del informe que la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) ha realizado sobre los hábitos de consumo cultural. El estudio deja ver a las claras que las mujeres son las mejores consumidoras de cultura y rompe algunos tabúes, por ejemplo, el de que al público le gusta más el cine americano que el español. No es así: la valoración es muy similar, ya que en una escala del 0 al 6, los encuestados le dan una nota de 3'90 al cine español y un 3'92 al de Estados Unidos.
Sin embargo el consumo de películas norteamericanas es muy superior al de españolas, entre otras razones porque en España se realizan de 60 a 70 filmes al año, frente a las 400 extranjeras.
La encuesta ha permitido constatar cuestiones que ya se sabían: casi el cincuenta por ciento de la población española no lee nunca o casi nunca, y el núcleo de lectores asiduos está formado por personas de entre 25 y 35 años, con estudios superiores. Las mujeres son más asiduas a la lectura que los hombres.
Aunque sólo la cuarta parte de los españoles va al teatro, las cifras que refleja este estudio son alentadoras, toda vez que en 1991 era el 86'1% de la población el que no acudía jamás a los escenarios. Pero no todo es positivo: la supervivencia del teatro peligra si no se fomenta esta afición entre los menores de veinte años, cuyos índices de asistencia son muy bajos.
Las mujeres van algo más al teatro que los hombres. Las tasas de
asistencia son más altas en las ciudades intermedias que en las
zonas metropolitanas.
De esta completa radiografía de los hábitos culturales se desprende
también que el 31'1 por ciento de los encuestados asegura escuchar
música a diario, frente al 19'4 por ciento que declaraba hacerlo en
el estudio de 1991.
Antes de los 25 años, las preferencias se encaminan hacia el pop-rock y la «música disco». Entre los 25 y los 55, el interés se diversifica hacia las baladas, canción latinoamericana, y, en menor medida, el jazz, la música étnica y el «new age». El flamenco, la canción española y, en menor proporción, la música clásica, acaparan la atención de los que superan los 55 años.