El equipo de gobierno de Banyoles (Girona), formado por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Unión Democràtica de Catalunya (UDC), quiere cerrar en las próximas semanas la polémica por el negro disecado del Museu Darder, iniciada en el año 1991. Así, el alcalde de Banyoles, el independentista Pere Bosch, convocará una junta de portavoces en la que pedirá el posicionamiento de los partidos con el objetivo de asegurarse que el traslado del guerrero bosquimano se aprobará por unanimidad de los grupos políticos.
Bosch ha admitido que «la pieza no se podrá exhibir nunca más y no tiene sentido tenerla en el almacén». El ayuntamiento ha negociado un convenio con el Ministerio de Asuntos Exteriores en el cual Banyoles entregará el bosquimano y el Estado lo repatriará a Àfrica pagando los gastos. El alcalde cuenta con el apoyo de su partido y de UDC y se muestra convencido del apoyo de la Plataforma Progressista -anterior gobierno-.
La polémica se inició en 1991 cuando el médico haitiano residente en Cambrils Alphonse Arcelin pidió que el bosquimano disecado fuese retirado del museo. Arcelin ha acabado condenado a pagar 15 millones de pesetas de costes judiciales, fijados en proporción a los 200 millones que pedía por su honor de hombre negro dañado, y se ha tenido que declarar insolvente ante la Justicia.
La resistencia del Ayuntamiento de Banyoles se acabó en marzo de 1997.