«Hemos llegado al punto en que creo que podemos decir, con certeza, que nuestras expectativas de éxito en esta misión son remotas», dijo ayer el jefe del proyecto, Richard Cook. La Mars Polar Lander entró en la atmósfera de Marte el pasado viernes, después de once meses de viaje, y se esperaba que descendiera sobre la superficie del planeta para iniciar de una serie de exploraciones. Desde entonces los científicos de la NASA perdieron contacto con el aparato por lo que, según explicó Cook, las cámaras instaladas en el módulo orbital Surveyor intentarán tomar ahora imágenes del área donde se supone que aterrizó o se estrelló.
La pérdida de la Mars Polar Lander, con un coste de 165 millones de dólares, se suma al fracaso en septiembre de la misión de la cápsula Mars Climate Orbiter, debido a un error humano.
Los técnicos de la NASA llevaron a cabo esta madrugada un último intento de comunicación por medio del Mars Global Surveyor, que orbita alrededor del Planeta Rojo desde el 1997 y que se utilizó como relevo para recibir mensajes del Polar Lander. Los expertos consideran que han agotado casi todas sus opciones, lo cual no quiere decir que dejen de intentar establecer contacto con la nave.
La Polar Lander llevaba dos sondas que debían desprenderse de la nave, sujetarse a la superficie y a transmitir sonidos a la Tierra.