NUEVA YORK. AFP.
Salida de la nada, la página estadounidense Priceline.com ha
revolucionado el comercio electrónico con una idea tan simple como
inesperada: el cliente es el que fija el precio de la mercancía,
cuando hasta ahora el rey había sido el vendedor. ¿Desea comprar
pan, carne, reservar un billete de avión sin pagar un precio
exhorbitante o tener que regatear como un comerciante de tapices?.
Esta página es lo que estaba
buscando. Basta con entrar en la página e indicar el precio que
está dispuesto a pagar. Su oferta es transmitida de inmediato a los
socios comerciales de Priceline. Si uno de ellos acepta, la
transacción está hecha. Aunque como se supone que la negociación es
seria, habrá ofrecido con anterioridad el número de su tarjeta de
crédito y ya no se podrá volver atrás. También deberá mostrarse
flexible, por ejemplo, sobre la compañía aérea que le será ofrecida
y que no se puede elegir con anterioridad. «Incluso para los
medicamentos, la gente es flexible si puede ganar dinero», opina,
sin embargo, el fundador de Priceline.com, Jay Walker.
Intenet
El método Priceline.com arrasa en Internet