Varios hospitales británicos se han pasado cuarenta años extrayendo corazones a miles de niños muertos de dolencias cardíacas, sin pedir consentimiento paterno, según denunció ayer en primera página el diario londinense «The Daily Telegraph».
El rotativo precisa que al menos 11.000 cadáveres de niños fueron intervenidos durante cuatro décadas para sacarles su órgano vital y guardarlo en dependencias hospitalarias, y que, aunque sí existió autorización paterna en todos los casos para hacer la autopsia, no se pedía ese permiso para extraer el corazón del niño y ser almacenado en el hospital.
Los padres y familiares enterraban a sus hijos e hijas sin saber
que les faltaba el corazón, asegura el informe del
«Telegraph».
Al parecer, el mayor número de órganos "hasta 2.500" se han venido
guardando desde la década de 1950 en el Hospital de Niños de
Liverpool. También en varios centros de Londres, Manchester, Leeds,
Newcastle, Bristol y otras ciudades británicas se ha seguido esta
práctica durante años sin que se conociera.
El descubrimiento se ha producido precisamente en la sureña ciudad de Bristol, cuando una señora, con permiso del forense, reclamó el corazón de su hija fallecida.
El presidente de la Asociación de Pediatría Cardiaca del Reino Unido, Robert Anderson, reaccionó al caso explicando que «esta práctica no esconde ninguna intención de crear trastornos a nadie».