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Renault Megane GT-Line: Cuando la deportividad no es solo apariencia

El color azul exclusivo para la gama FGT-Line del Megane resalta delante de esta casa mallorquina de la zona de la Colònia de Sant Jordi.

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Se está poniendo de moda entre los fabricantes franceses poner a la venta vehículos con una estética más deportiva, que, curiosamente, tanto Peugeot como Renault han denominado igual, GT-Line.

La marca que nos ocupa aún no ha puesto a la venta toda la gama Megane, ya que aún falta la versión más deportiva, la Coupé de tres puertas y las versiones más familiares, que son el Scenic o el Sport Tourer.

Mientras tanto, la firma francesa ha lanzado desde el inicio de su comercialización esta versión GT-line que se caracteriza por tener exteriormente un nuevo paragolpes delantero con rejilla de entrada de aire inferior específica, paragolpes trasero con difusor, llantas específicas de 17 pulgadas, colores nuevos como este azul eléctrico, elementos de decoración Dark Metal, etc.

MOTOR
El propulsor es sin duda una de las grandes sorpresas que esconde este vehículo, ya que los 110 CV de los que dispone este 1.5 dCi son más que suficientes para que el vehículo sea muy ágil en ciudad, con un consumo bajo con una conducción normal, muy silencioso y con buenas prestaciones en carretera, lo cual se agradece mucho. De hecho, muchas veces no da la sensación de que se trate de un vehículo de gasoil.

Las prestaciones, sin ser deportivas, sí que son más que suficientes para llevar el Mégane de una manera ‘alegre'. Los 11'3 segundos que tarda para pasar de 0 a 100 Km/h parecen menos gracias a la potencia entregada desde bajas revoluciones. Para llegar a velocidades altas el vehículo lo hace de manera muy rápida, que tiene mérito teniendo en cuenta que sólo tiene 1.461 cc.

El hecho de poder cambiar el modo de conducción es otro de los grandes atractivos de este motor, lo cual permite tener mejores prestaciones o menor consumo, sin que éste último se dispare en ningún momento; los 3'7 litros homologados por la marca no distan demasiado de los 5 conseguidos por nosotros en un recorrido mixto y conducido de forma más o menos ‘alegre'.

Podríamos decir que es uno de los automóviles que hemos probado cuyas cifras declaradas por la marca y las conseguidas por nosotros son más próximas.

El comportamiento del vehículo en carretera muestra un gran aplomo en cualquier circunstancia. Incluso en las curvas a una velocidad elevada el coche no tiende a subvirar, lo cual lo convierte en un vehículo muy estable, sin ser incómodo en absoluto.

El interior deportivo de esta versión se concreta en elementos tan interesantes como los asientos deportivos con reposacabezas integrados y lateral reforzado, volante específico GT-Line, ambiente exclusivo azul, placa de aluminio en el tablero de bordo con rúbrica GT-Line, etc.

El interior del nuevo Megane nos ha recordado mucho al del Espace, con una consola central curiosa, ya que la pantalla está situada verticalmente, lo cual permite también múltiples posibilidades, aunque al principio confunda un poco a la hora de hacer la lectura.

En los marcadores, la marca francesa sigue apostando por la información digital, que ha tenido algunos detractores por su exactitud relativa. Así como otros modelos de la marca llevan también los indicadores de temperatura del motor y de cantidad de combustible, éste lleva agujas, lo cual se agradece por su mucha mayor exactitud. El interior es sin duda mucho más amplio y cómodo gracias a unos valores mayores, lo cual se agradece. El maletero también tiene una capacidad de 434 litros, incluso llevando rueda de recambio, que es una gran cifra.

Resumiendo, se trata de un vehículo con un motor excelente, una buena estabilidad, un interior mejorable y una estética sólo seminovedosa.

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