Nati García es una vecina de Llucmajor, concretamente de la urbanización de Tolleric, donde se instaló en el año 2003. Actualmente es la presidenta de la Plataforma Stop Macrogranja Llucmajor sense olors ni mosques, que fue creada el 9 de abril de 2025.
Después de toda la polémica que ha habido con la macrogranja de Llucmajor...¿Nos puede contar por qué decidió crear la plataforma?
—No fue una decisión de la noche a la mañana. A partir de 2018-19, los vecinos de la urbanización Tolleric, notamos como empiezaba a cambiar la zona brutalmente. Antes de esta fecha, no negaré que de vez en cuando se olía el abono que habían puesto los payeses en sus tierras, alguna vez podía venir de algunas gallinas, o de tener un cerdo en algún corral, pero no suponía ningún problema. Pero, a partir del 2018, empezó a aparecer un olor fuertísimo a excremento de gallinas, que es muy parecido al amoniaco, también aparecieron muchas moscas y un malestar en la zona brutal, no se podía estar en nuestros jardines, ni siquiera dentro de nuestras casas y esto nos condicionó mucho la vida, porque esta situación se estaba dando de lunes a domingo, durante las 24 horas del día. Fue agotador.
¿Ante esta situación que hicisteis los vecinos?
—Como te puedes suponer no estuvimos de brazos cruzados. Ya en aquel momento, hubo muchas quejas en las redes sociales, se enviaron varios escritos al Ajuntament de LLucmajor. La mayoría de las quejas se enviaban a nivel individual, aunque también hubo manifestaciones por parte de los vecinos. El ayuntamiento lo único que hacía era reiterar, día tras día, que todo estaba correcto, que habían inspeccionado a la granja y que tenía todos los permisos correspondientes. Que tanto el SEPRONA, como el consistorio tenían constancia de que todo estaba correcto.
Pero ¿no fue así?
—No, la situación empeoraba más cada día. Así que un 15 de agosto nos reunimos los vecinos en la oficina del ayuntamiento de Bahía Grande, para decidir que medidas tomar. Primero solicitamos información al Ajuntament pero no nos facilitaron nada, después mandamos un escrito a la Secció d’Atmòsfera del Govern, pidiendo que nos dijera si la Macrogranja tenía las autorizaciones pertinentes y cuántas gallinas tenían. Por suerte nos contestaron, ha sido la única administración que nos ha respondido, y nos dijo que había unas 120.000 gallinas y que este tipo de actividad necesitaba una autorización ambiental integrada y que carecía de ésta, con lo cual, traspasamos el expediente a la Conselleria de Medi Ambient y ésta solicitó al Ajuntament todo lo que tuviera que ver con esta granja.
«Era necesaria la plataforma para poder tener voz y ahora parece que nos tieneen en cuenta»
¿Y qué pasó?
—Se le interpuso a la empresa de la macrogranja una sanción de 150.000 euros, que, a día de hoy, desconocemos si se ha pagado y desde entonces no hemos vuelto a recibir ninguna contestación de nada de lo que hemos ido preguntando.
¿Y, a partir de ahí?
—Hemos seguido presionando con nuestras quejas y escritos. Incluso, supimos que la empresa de la granja presentó un proyecto para conseguir la autorización ambiental integrada y los vecinos presentamos unas 35 páginas argumentando porqué no se podían aprobar. Pero todo cayó en papel mojado. Paralelamente se estaba moviendo una plataforma contra la macrogranja de Sineu y nos pusimos en contacto con éstos, además de las de Manacor y Porreres.
¿La creación de la Plataforma se hizo como último recurso?
—Era necesario para poder tener voz en según que estamentos, pensamos que tendríamos más fuerza que a nivel particular y ahora, parece que nos tienen en cuenta.
«La macrogranja sigue con su actividad, queremos que se cierre ya»
¿Qué actuaciones habéis llevado a cabo desde entonces?
—La más importante es que hemos iniciado un procedimiento judicial porque creemos que la Administración se ha lavado las manos durante todo este tiempo, y creemos que nadie ha mirado por el beneficio de los vecinos, todo lo contrario, les ha importado bien poco el perjuicio que está ocasionando esta actividad que es totalmente irregular, no puede estar funcionando y la gente lo sabe. El Ajuntament ha mirado hacia otro lado cuando se han mostrado las imágenes escandalosas y tan impactantes que han hecho públicas las asociaciones animalistas.
El Ajuntament aprobó el cierre de la granja. ¿Cuál es vuestra opinión?
—La verdad es que quedé muy sorprendida. Pero la realidad es que la macrogranja está realizando su actividad y no nos basta que la reduzcan a 40.000 gallinas. Queremos que se cierre ya.
Mucho protestas por granjas que dan de comer, pero poco protestas por la delincuencia que hay en todo Llucmajor.