«La competencia nos ha matado, especialmente las grandes superficies y los comercios chinos». Con esta frase resume Antoni Palerm (Porreres, 1960) el argumentario que le llevará el próximo 31 de julio a poner fin a tres generaciones y más de un siglo de historia de una empresa que fue una referencia dentro del sector de los materiales de construcción en Mallorca y cuyo último reducto apura sus últimas semanas de apertura en el polígono de Son Bugadelles, en Calvià.
Benet Palerm sentó a principios del siglo XX los cimientos de una empresa que el padre de Antoni, exponente de la tercera generación, ha gestionado en años complicados, de idas y venidas en el mundo de la construcción, deshaciéndose en los últimos años de parte de su parcela de negocio. Cumplidos los 65 años y con un almacén de ferretería como exponente, estos días liquida todo el género con grandes rebajas y precios mínimos antes de poner fin a esa singladura por jubilación.
Tras ir vendiendo el grueso del tejido de la empresa, quedó al frente de este establecimiento, que fue pionero del polígono de Son Bugadelles y acumula 28 años de actividad que acabarán a final de mes. «Primero fue parte del negocio de materiales de construcción para después centrarnos en la ferretería. Fuimos los primeros aquí y creo que seremos los últimos, porque por la zona cada vez quedan menos negocios de este gremio. Empezamos con la ferretería industrial y después pasamos a la más tradicional y asequible», explica Antoni Palerm, quien deja claro que no ha podido resistir el empuje de la fuerte competencia que ejercen «grandes empresas y franquicias que nos han matado. Es complicado pelear con según qué precios...», refiere.
Además, el aumento del coste del alquiler ha sido otro factor clave, sin dejar de lado las oscilaciones en el precio del material de construcción o los costes de transporte. «Éramos 113 trabajadores, más los indirectos, y ahora estamos yo y tres más... Teníamos almacenes en Andratx, Pollença, Inca, Can Picafort, Santa Ponça, Porreres... imagínese», comenta Palerm, quien al no tener relevo familiar y alcanzada la edad de jubilación el pasado mes de junio, ha decidido poner fin a este largo camino. «No ha sido fácil, pero llevo 50 años de vida laboral, estando cada día en el negocio y creo que me merezco disfrutar un poco de la vida», añade el empresario natural de Porreres, donde nació la firma creada por su abuelo paterno hace más de 100 años.
Recuerda que la rentabilidad de empresas como en su día Palerm y en la actualidad las que han podido resistir en Mallorca «se basa en poder tener el material de construcción aquí, rebajando los costes de transporte». Y de aquí al 31 de julio, día en el que prevé cerrar el almacén de ferretería y con él el largo capítulo de vida de la empresa que gestiona, Antoni Palerm es consciente de que «es un mes de pérdidas, porque lo rebajamos todo hasta el 70 u 80%, incluso vendemos artículos a un euro, pero es lo que tiene una liquidación total. Y, créame, me da pena pero es lo que nos toca vivir y sólo puedo dar las gracias a todos los clientes y amigos que durante todos estos años han estado junto a nosotros, en los buenos y los malos momentos», refiere el empresario 'porrerenc', quien asegura no sentirse «preparado» para el día del cierre. «Serán muchas emociones, pero la vida es así», apostilla.
Bona persona, bon empresari,molt Faner, bon mallorquí.